Por: Carlos Eduardo Pérez Crespo
Blogger y politólogo de la PUCP

Republicado con permiso. Acá puede encontrarse el original: http://chicobilly.blogspot.com/2012/01/los-liberales-de-izquierda-y-la.html

Si la propuesta de revocatoria a Villarán prospera, los primeros preocupados deben ser los demócratas de izquierda. Digamos las cosas como son. El inesperado giro a la derecha del gobierno de Humala, con la purga de los intelectuales y profesionales de izquierda, ha despertado un gran temor: “si revocan a Susana, ahora sí se acabó la izquierda en este país”. Para defenderse de estos embates, liberales de izquierda como Álvarez Rodrich o Tafur han empezado la defensa de la alcaldesa de Lima, resaltando sobre todo las obras y la ejecución del presupuesto de su gestión y que de lejoses más eficiente que Luis Castañeda. Así, se ha vuelto a sacar a flote la idea de la Derecha Bruta y Achorada (DBA), definida como los sectores mafiosos que pertenecen a las empresas y los medios de comunicación, y que tienen como única agenda acabar con cualquier cosa que sea de color rojo en la política peruana. Por ello, ante el ataque de la gestión de “Caviarán”, ha surgido la revocatoria de la “Derecha Bruta”.

¿Por qué esta reacción de los liberales de izquierda? Primero porque uno de sus principales principios teóricos es evitar los extremos políticos. Fernando Tuesta, representando muy bien esta posición, ha mencionado que en una democracia es necesaria tanto una izquierda como una derecha para la pluralidad democrática. La misma posición tienen los liberales de derecha, como Mario Vargas Llosa. Es decir, lo que les molesta a liberales de izquierda y derecha son los extremismos que no respetan las instituciones. Por eso, los liberales en general no soportan a la derecha no liberal (autoritaria y anticomunista) y tampoco sienten confianza hacia la Izquierda Bruta y Achorada (IBA), que también existe rampante detrás de las protestas y sabotajes en las zonas de inversión extranjera. La élite liberal democrática, por tanto, se ubica ideológicamente en el centro político, rozando el bando de lo “políticamente correcto”, pero intentando, la mayoría de veces sin éxito, caer en la ingenuidad política.

Sin embargo, los liberales democráticos, de derecha e izquierda, tienen un gran problema que se ve reflejado en la gestión de Villarán: están totalmente desconectados de los sentidos comunes del mundo popular. Por el contrario, los sectores políticos más autoritarios de izquierda y derecha han logrado conectarse con las masas. Ejemplos de ello son el fujimorismo, que está muy arraigado en los sectores marginales y en organizaciones sociales como los Comedores Populares, y Patria Roja con su importante presencia en el SUTEP y en otros movimientos regionales. Los liberales le temen a la violencia, por eso prefieren mil veces el diálogo. En cambio los extremistas antiliberales detestan esta miedosa indefinición que analiza la política peruana desde escritorios y oficinas financiados por la cooperación internacional. Para ellos la política se hace “en la calle” (como dicen los de la CGTP) o “los arenales” (como dicen los fujimoristas).

En este sentido, la revocatoria a Villarán no es resultado de una campaña de destrucción de la Derecha Bruta, como dicen los liberales de izquierda. Ninguna organización política peruana es capaz de crear por sí sola más de 70% de desaprobación hacia la gestión municipal. Simplemente no existe tal capacidad de operadores políticos para deslegitimar. El actual fracaso de la Municipalidad de Lima, que aún está a tiempo para cambiar las cosas, es resultado del desgano y desconexión que tienen caviares, liberales y cívicos con los sectores populares. La gestión de Castañeda, que supuestamente también es parte de la DBA, supo leer este fenómeno en Lima y, ante la poca capacidad de oratoria, apeló al otro recurso que se conecta con las masas: el caudillismo y las obras públicas. La alcaldesa Villarán, por ejemplo, se negó a colocar su nombre en las obras que inaugura. Pero esta actitud es muy ingenua en un contexto donde las masas distinguen mucho mejor a la persona que está al mando de las  instituciones políticas. Esto no sólo se debe a la «carencia de brújula política», como dice Alberto Vergara. El problema de fondo es que la gestión municipal es percibida como frívola, elitista y clasemediera. La mayoría de limeños, y más aún los de sectores D y E, considera que los principales problemas de la capital son el transporte y la inseguridad. Pero ante esto la alcaldesa ha visualizado más las obras que sintonizan con la minoría de clase media que vive en el centro económico limeño (Jesús María, Pueblo Libre o Miraflores) y no con la semiperiferia y periferia de la capital: Comas, El Agustino e Independencia.

Por último, los liberales de izquierda afirman que el intento de revocatoria a Villarán es una arremetida antidemocrática. Esto es falso. En primer lugar, la revocatoria es un derecho constitucional de control de la gestión pública, es decir, un mecanismo de accountability vertical: eso que justamente tanto se reclama en nuestra frágil democracia. La revocatoria es actualmente el mecanismo más usado para controlar la gestión pública, aunque en su mayoría cae en excesos que han causado inestabilidad en los municipios distritales y provinciales de las zonas rurales. En segundo lugar, no puede ser antidemocrático un proceso electoral en donde la gestión se somete a consulta popular. Los liberales de izquierda olvidan que, además de la legitimidad institucional, también existe la legitimidad de la soberanía popular. Finalmente, si en caso prospera la consulta de revocatoria, no es determinante que se terminará sacando Villarán; por el contrario, si esta no triunfa la gestión puede fortalecerse. No obstante, si la consulta de revocatoria tuviera éxito, situación más probable, se produciría un hecho histórico importante. No sólo por llevar a cabo una revocatoria en la metrópoli más grande del Perú, sino porque la izquierda habría sido barrida casi por completo de la gestión pública y la política peruana. Regresaríamos a la década de los noventas, si es que acaso no estamos ya ahí con el gobierno de Ollanta Humala.

4 COMENTARIOS

  1. En principio, no existen los liberales de izquierda, la creencia en que la libertad es el principio básico para el desarrollo de la sociedad, no comulga con la izquierda, que tarde o temprano cae en el autoritarismo igualizante y uniformizante de la sociedad. Sería bueno no utilizar categorías inexistentes como «liberales de izquierda» o el aún peor «liberales de derecha».

  2. Sí existen liberales de izquierda. Bobbio es un buen ejemplo cuando se define como socialista liberal. Dentro de los especialistas el término resulta válido para describir una perspectiva ideológica dentro de la izquierda.

  3. ¿TRANSPORTE ORDENADO EN LIMA?
    Dicen los detractores de la vacancia de la alcaldesa Villarán, que uno de los motivos por las que se le quiere vacar, es por haber ordenado el transporte en Lima, es especial en la Av. Túpac Amaru, en el cono norte de Lima, dicen que entre los financistas de la revocatoria, estarían los gremios de transportes afectados; Pregunto: ¿Qué pasa si en una combi se lleva pasajeros parados?, ¿Si en un ómnibus de transporte interprovincial se lleva pasajeros parados?, simple y llanamente se hacen acreedores de una multa y todas las sanciones correspondientes; En la Av. Túpac Amaru se retiraron las custer y combis desordenadamente, se ha reubicado sus rutas por zonas residenciales correspondientes a las Urbanizaciones Ingeniería, Palao, los Jardines y otras, disque para que el METROPOLITANO, ósea la empresa PROTRANSPORTE, no se afectada y obtenga ganancias, en otras palabras la Villarán le ha dado la mano a los empresarios del consorcio PROTRANSPORTE; veamos los resultados, los usuarios viajamos peor que ganado, en carros sin ventilación, peleándonos entre sí para poder abordar el METROPOLITANO, pisándonos los callos, enredados entre malos olores propios del verano, esperando hasta por más de una hora que llegue un carro donde se pueda “subir a la guerra”, pues ¿Se le puede llamar a lo descrito reordenamiento del transporte urbano?, que estupidez, por el contrario, el viaje en el METROPOLITANO a nuestros destinos, se ha convertido en el viaje de tortura a nuestros destinos, todo por favorecer los bolsillos e intereses de una empresa. Invito a la Villarán, sus regidores, al gerente desaforado Priale, al jefe de seguridad Gabriel Prado y a todos los “técnicos” y “asesores” ineptos a que suban al METROPOLITANO, a las 10 de la mañana en el paradero de la UNI –ojala puedan abordar- o en el paradero de emancipación a las 10 de la noche con dirección al norte. El metropolitano viola los derechos humanos de los pasajeros que vivimos en lima y que lo utilizamos, los viola por que nos transporta como animales, -con el respeto que se merecen los animales- cuando se conducen al camal, en carros sin ventilación, sin seguridad; INDECOPI, bien gracias; Pregunto: ¿Cuál es el tope de pasajeros que debería de ingresar a un bus del METROPOLITANO?, porque no se les aplica multas por llevar a personas como sardina en conserva; ¿Quién será el responsable por una desgracia o accidente –Dios no lo quiera- en un carro totalmente abarrotado de pasajeros? ¿PROTRANSPORTE?, la alcaldesa, por favor esa empresa es una porquería, cuando a Ud. Señor usuario le pasa un accidente; la Villarán bien gracias, continúa en la luna de Paita y el sol de Colan, carajo ya es hora que ella, sus regidores, pseudotécnicos y pseudoasesores se vayan a su casa hace rato.

  4. Saludos,

    Sobre el liberalismo de izquierda sugiero leer estos textos:

    http://gonzalogamio.blogspot.com/2007/05/qu-clase-de-cultura-liberal.html

    Asimismo, sobre la derecha liberal y la antiliberal sugiero esto:

    http://chicobilly.blogspot.com/2010/05/derecha-economica-y-derecha-politica.html

    Por otra parte, la intención del post es la de situar a ciertos intelectuales y líderes de opinión que están dentro del espectro del liberalismo. Ahora bien, dentro de esta tradición pueden encontrarse matices, desde los más cercanos a la visión de lo social (Amartya Sen, Nussbaum) hasta los más centrados en la reflexión de los derechos humanos y la ética (Rawls, Walzer, Rorty). Sin embargo, el liberalismo comparte tres principios fundamentales: derechos individuales, libertad económica y constitucionalismo.

    Sobre el caso peruano, Tafur y Rodrich me parece que están muy cercanos al liberalismo de izquierdas de Sen o Paul Krugman (veáse sus artículos en el New York Times), ya que todos sus artículos reflexionan sobre el rol del Estado, la importancia de la democracia y lo fundamental que es la lucha contra la desigualdad. Sin embargo, Hernando de Soto sí me parece más cercano a un liberalismo de derechas, el cual tiene como fundamento el economicismo de la «Escuela Austríaca» y pensadores como Von Mises, Hayek (De Soto lo invitó al Perú en los ochentas, ojo con eso), Rothbard. No utilizo la palabra coloquial «neoliberalismo» porque esta escuela no es una nueva forma de liberalismo; sino que está dentro del liberalismo mismo: lo que los economistas llaman la escuela de la «economía clásica», fundada por Smith y que plantea la supremacía del mercado por sobre el Estado.

    Por último, y a pesar de las diferencias entre los liberales, el punto principal de inflexión es sobre cuánto, cuándo y cómo debe intervenir el Estado en la economía. Para los liberales de izquierda es claro que debe hacerlo. Los liberales de derecha más bien se preguntan por «cuál es la utilidad un Estado que interviene tanto».

    Para una mayor discusión sugiero revisar los textos de Bobbio, Merquior, Hayek y Nozick sobre el liberalismo.

    cordiales saludos,

    Carlos

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