Por: Dante Solano Silva
Egresado de la Especialidad de Psicología Social de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente se dedica a la consultoría en temas de gestión organizacional y gestión pública.

Enlace a la parte 1

Psicología Moral: Implicancias para el Derecho y los Asuntos Públicos

Los estudios en Psicología moral han despertado el interés en diversas disciplinas aplicadas, y se ha comenzado a discutir las implicancias de sus hallazgos especialmente en los espacios académicos norteamericanos y europeos (Darley, 2009; Goodenough & Tucker, 2010; J. Greene & Cohen, 2004). A continuación una serie de temas que podrían ser de interés para el Derecho y otros temas públicos, los cuales ya se han comenzado a discutir en los espacios académicos anteriormente mencionados.

Derecho

Con respecto al Derecho, se ha venido discutiendo las implicancias que pueden tener la Psicología Moral y otras ciencias relacionadas en los diferentes aspectos que componen procesos judiciales (Goodenough & Tucker, 2010; J. Greene & Cohen, 2004; Kahneman & Sunstein). Por lo tanto, se presentan temas referidos a la determinación de responsabilidad en ciertos casos, la gestión de la ley y el castigo, y por último, sobre los sesgos que podrían darse por parte de quienes juzgan a los acusados.

Responsabilidad y Moral

Como se ha mencionado en la primera parte, que los daños y anormalidades que pueden presentarse en el cerebro humano pueden tener como consecuencia que una persona no se comporte de manera moral (Moll, et al., 2005). Por ejemplo, lesiones cerebrales en las estructuras límbicas y paralímbicas pueden afectar los mecanismos motivacionales básicos, como el impulso sexual o de agresión, que pueden llevar a violaciones morales extremas, como la agresión física no provocada e inclusive la pedofilia (Burns & Swerdlow, 2003; Weissenberger, 2001). De la misma manera, se ha encontrando que muchos de los casos de psicopatía se relacionan a anomalías estructurales en el cerebro (Muller, 2003). Por tanto, lo primero a preguntarse es si los diferentes mecanismos judiciales en nuestro país permiten la detección a tiempo de estos casos; lo cual también implica tener personal competente que cuente con este tipo de conocimientos y que existan mecanismos para la sustentación de este tipo de pruebas científicas en los procesos judiciales. Asimismo, habiendo detectado estos casos, surge la segunda interrogante sobre qué hacer con estos casos. La respuesta de enviarlos a la cárcel no sería la óptima, ya que en estas personas se podría dar la tendencia de que sigan cometiendo estos actos delictivos, por lo que una mejor solución debería buscar centros especializados que realmente puedan tratar estas personas y rehabilitarlas efectivamente. El tema de las violaciones morales extremas es importante para nuestro contexto, ya que como vemos en los diferentes medios de información y reportes policiales los casos de violación y pedofilia no son ajenos a nuestra realidad y lo que podríamos estar evidenciando en estos casos son personas con trastornos neurológicos severos, por lo que se deberían formular políticas y estudios para la prevención de estos actos, detectando este tipo de personas con anormalidades a tiempo.

La gestión de la ley y el castigo

Los estudios en la evolución han permitido entender que la base de la moral humana se encuentra en la cooperación social (Fehr & Fischbacher, 2003; Fehr & Gachter, 2000, 2002). Por ello, cuando en los individuos de un grupo social detectan a otro individuo que no está cooperando, estos van a tender a infringirle castigo y cooperar entre ellos para poder lograr esto (Fehr & Gachter, 2000, 2002). Este ejemplo, lo podemos ver en aquellos lugares donde los pueblos toman “la justicia en sus manos”. En nuestro país este tipo de actos es muy frecuente, especialmente donde no hay una fuerte presencia del Estado. Por tanto, las premisas sobre la cooperación y el castigo nos indican que, en primer lugar, que no basta con la creación de leyes que salvaguarden la cooperación social, sino que es necesario establecer mecanismos facticos para su cumplimiento; de lo contrario la conducta no ética prosperará y minará la cohesión social del grupo. Asimismo, este cumplimiento de la ley debe involucrar en alguna medida a la sociedad, ya que es natural en los individuos buscar mecanismos para castigar al buscar una sensación de justicia. Este último punto ha comenzado a ser un importante punto de discusión (Darley, 2009), ya que un sistema judicial que contemple la psicología del castigo y las percepciones morales de la población pueden mejorar el cumplimiento de las leyes.

Los Jueces y su Moral

Los valores y los fundamentos morales son los componentes culturales de nuestra moral, que todos los seres humanos tienen y que definen lo que consideramos bueno o malo (Haidt & Kesebir, 2010; Sverdlik, Roccas, & Sagiv, 2011; Uhlmann, Poehlman, Tannenbaum, & Bargh, 2011); y se ha comprado que estos pueden influir en nuestras actitudes y conductas en diferentes aspectos incluyendo temas políticos (Piurko, Schwartz, & Davidov, 2011), de gestión (van der Wal & Huberts, 2008), y también en temas controversiales como el prejuicio, el aborto, la homosexualidad, etc. (Jesse Graham et al., 2011). Por tanto, los valores y fundamentos morales de los jueces pueden sesgar, de manera consciente o implícita (Luo et al., 2006), su accionar priorizando ciertos temas que vayan acordes con sus creencias (Levinson, Cai, & Young, 2009; Nosek & Riskind, 2011). Para evitar en cierta medida esto, es importante que los jueces manifiesten abiertamente sus creencias y valores, lo cual se puede hacer a través de diferentes metodologías. Esto deberá permitir una mejor gestión en la asignación o toma de juicios y también una mejor gestión de los procesos.

Asuntos Públicos

Con respecto a los Asuntos Públicos, los diversos autores han comenzado establecer una serie de temas de aplicación a diferentes disciplinas aplicadas, que van desde la gestión pública (Quill, 2009), la gestión organizacional (Paharia, et al., 2009), la educación (J Graham, et al., 2008), entre otros. En el texto tocaremos brevemente algunos temas relevantes como la conducta ética, los conflictos sociales y por último la política.

Conducta Ética

La conducta ética dentro de las organizaciones humanas se ha convertido en un campo de investigación muy importante. En la actualidad importantes estudios se han venido desarrollando referidos al actuar honesto de las personas (Joshua D. Greene & Paxton, 2009; López-Pérez, 2004); indicando que el comportamiento ético también sigue los sistemas afectivos-automáticos y cognitivos-razonados. Asimismo, se ha comprobado que las personas al actuar de manera deshonesta tienen actividad cerebral en las áreas relacionadas con el ejercicio de control (Joshua

D. Greene & Paxton, 2009). Un futuro campo para estas aplicaciones podría ser el sector público, donde se pueda tocar temas referidos a corrupción, así como un mejoramiento del capital humano promoviendo mecanismos de selección e ingreso al aparato público de personas que tiendan hacia valores y un comportamiento honesto.

Conflictos Sociales

Al ser los valores y fundamentos morales elementos que guían lo que las personas consideran bueno o malo, al encontrarse dos grupos diferentes con sus respectivos intereses y formas de ver el mundo, lo más probable es que si estos no llegan a posiciones tolerantes, si no extremas, tiendan a enfrentarse. Un ejemplo de este tipo de problemas se viene dando en el conflicto estudiantil Chileno. En una investigación realizada (Solano & Carrere, 2012) durante el desarrollo de este conflicto se encontraron valores y fundamentos morales totalmente opuestos entre aquellos que apoyaban al movimiento y aquellos que lo rechazaban. Las consecuencias de esto, es que al ser creencias centrales para las personas se predecía la poca viabilidad de una solución consensuada del conflicto, como se puede apreciar hasta ahora. Por tanto, los conflictos que se han venido dando en nuestro país podrían abordarse desde este tipo de perspectivas y ayudando a buscar soluciones reales a estos.

Política

Los estudios en valores y fundamentos morales ha permitido establecer que las diversas posturas ideológicas que sostienen las personas pueden estar enraizadas en estos elementos (Jesse Graham, et al., 2011; Piurko, et al., 2011). Por tanto, para buscar un entendimiento mejor sobre nuestros procesos electorales, buscando una mejor participación ciudadana y la generación de un sistema de partidos, es importante saber que valores pueden motivar la participación y compromiso con la política. Para ello, es necesario recoger las propuestas sobre los valores que existen en nuestro contexto (Yamamoto & Feijoo, 2007; Yamamoto, Feijoo, & Lazarte, 2008) y cómo estos participan en los procesos políticos (Solano, Díaz, & Peña, 2012).

En líneas generales, el presente texto ha presentado lo que es la Psicología Moral como campo de estudio y cómo ha venido dándose su evolución hasta llegar a los actuales conocimientos. Asimismo, una vez tenido este marco referencial, se ha discutido sobre diferentes temas que pueden ser de interés para el Derecho como para los Asuntos Públicos que se pueden desprender de las implicancias del estudio Científico de la Moral.

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2 COMENTARIOS

  1. Estoy de acuerdo en que las leyes deben tener un fundamento científico y no emocional o de motivaciones personales, deben atender a las necesidades de grupo, una ausencia de este criterio es clara muestra del sesgo de razonamiento moral del legislador. En el caso de las personas que cometen delitos sexuales y de comprobarse que padecen de un trastorno ¿hace que se libere de la carcel? de ser así casi nadie iría a la carcel por cometer un delito dado que carecen del control biológico de su acción, especialmente en comunidades poco educadas en la reflexión de sus acciones.

  2. Gracias por el comentario, ya que permite ahondar en uno de los aspectos discutidos en el presente texto, referidos a los casos de trastornos cerebrales relacionados a transgresiones morales. Como se había expuesto en la primera parte del artículo, se ha encontrado importante evidencia empírica que los daños en ciertas zonas del cerebro pueden acarrear ciertos tipos de violaciones morales extremas. Esto abre un debate sobre qué hacer con estas personas, tanto en términos de su responsabilidad, como expones en tu comentario, así como la mejor forma de tratarlos para su rehabilitación. Mi reflexión va por este último punto, ya que si estas personas tienen una tendencia hacia ciertos comportamientos de transgresión moral ¿sería óptimo llevarlos a la cárcel? ¿luego de cumplir su condena, va modificar su conducta? Con ello, me refiero a que si efectivamente la cárcel va ser un espacio para que la persona pueda rehabilitarse. Considero que no, es más, puede darse todo lo contrario, en un entorno muchas veces violento como los centros penitenciarios de nuestro país, las personas van a seguir cometiendo las transgresiones en la cárcel y luego de cumplir su condena. Con respecto a la responsabilidad de las personas, el que tenga un problema cerebral no lo deja fuera de culpa, ya que la persona realizó una acción y debe responsabilizarse de ella; es decir, debe cumplir una condena, pero acorde a su naturaleza y buscando un beneficio para la sociedad. El tema de la libertad y la responsabilidad se ha convertido un debate central en ámbitos académicos; y la evidencia sugiere que hay muchos aspectos del comportamiento humano que están fuera del control consciente; pero por ello no se puede exigir que nadie es responsable de sus actos. Por tanto, la afirmación de que nadie iría a la cárcel dado a la carencia de un control biológico no es compartida, si no que este enfoque debe apuntar a entender las causas del comportamiento para poder buscar una mejor solución para cada caso, de manera que la sociedad se beneficie de ello. El tema de las comunidades llamadas «poco educadas» tiene otra variable, la cultural, que también se ha discutido en la primera parte del artículo. En lo personal, considero que el tratamiento de la ley en estas comunidades debe ser diferente, no debe ser una imposición de la ley, si no un trabajo constante ya que por las barreras culturales el entendimiento de la ley no va ser el mismo que un grupo más occidentalizado; y lo peor es que pueda generar conflictos, como muchas veces hemos visto en nuestro país.

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