Economista y abogado español, experto en Derecho de la Competencia. Ha sido vocal del Tribunal de Defensa de la Competencia de España del 1996 al 2005. Es presidente y fundador del Instituto de Estudios de Competencia y propulsor de la libre competencia.

Por: Ariana Lira y Manuel Ferreyros

En el Perú existe una tendencia regulatoria y administrativa sumamente proteccionista. ¿Cuáles son los efectos de esta tendencia proteccionista en la competencia?

Eso es fruto de la ignorancia. Cuando el maestro Hayek reunió a un grupo de pensadores de ideas análogas en Mont Perelin, en Suiza, decidieron crear una sociedad de pensadores para sacar a la sociedad del error. La gente defiende con pasión las cosas en las q cree, y el problema es q la mayoría de la gente está equivocada y hay q hacérselo ver.

Primero que todo, me parece que la autoridad de competencia debe de garantizar que no se vulnere la competencia evitando, por ejemplo, que varias personas se pongan de acuerdo en obtener una ventaja a costa de trasgredir la competencia, porque sin competencia no hay mercado. Es hipócrita decir q hay mercado si la gente se pone de acuerdo en subir los precios. Por ejemplo si los mayoristas de madera deciden hacer un cartel en vender la madera a 20 en vez de 8, el mercado será directamente perjudicado. El que resulta perjudicado es el fabricante de sillas de madera, que ya no podrá producir. El mercado necesita la competencia como nosotros necesitamos aire. Si alguien trasgrede la competencia, pues deja de operar el mercado. La autoridad de competencia no debe buscar el interés del consumidor. Su misión es proteger el buen funcionamiento del mercado y eso va a beneficiar al consumidor y a todos. De eso se debe encargar el Estado, junto con velar por que sea respetada la propiedad, las personas y la posición que cada uno se haya ganado cumpliendo las leyes. Esa es una sociedad donde si el pobre se esfuerza puede ser rico y el rico si no se preocupa x seguir produciendo pueda convertirse en pobre.

En el Perú existe un fuerte prejuicio de que el libre mercado termina perjudicando a los pequeños productores, en tanto no tienen la oportunidad de competir con los grandes. De ahí las regulaciones proteccionistas.

Eso no es necesario ni verdad. ¿Una pequeña tienda que se especializa en buenos productos y en un buen servicio no va a poder competir con una macrotienda impersonal? Si el cliente confía en el dueño de la tienda y puede pedirle que le recomiende, por ejemplo, un buen vino para sus invitados, preferirá esta tienda aunque sea un poco más caro que en la macrotienda.

Usted afirma que en España hay una falta de cultura de competencia. ¿Cómo definiría esta falta y cree que ocurra lo mismo en el Perú?

La falta de cultura de competencia en España no se debe a que no tengamos una legislación antigua de competencia. La Sexta Partida de Alfonso X el Sabio en el siglo XIII ya prohibía los acuerdos entre mercadores para fijar los precios de compra de las cosas, y siguió prohibido en los códigos penales del SXIX. Pero ha pesado más en la historia de España el hecho de que ha sido un país de estancos. El rey monopolizaba la sal y daba a sus banqueros el monopolio de la sal, y a otro el del tabaco, etc. Con una cultura de monopolios creada por el rey no era fácil que aflorara una cultura de competencia. Además, la legislación de competencia es relativamente reciente (50 años). Esta falta de cultura es tal que en las universidades no hay una asignatura obligatoria de derecho a la competencia. Los abogados salen sin saber derecho de competencia.

En el Perú es bastante parecido, o incluso peor, simplemente porque la legislación de competencia tiene menos años. Dependerá mucho de la autoridad de Competencia y las autoridades que la manejen. Probablemente no sea igual si en alguna ocasión se pone al frente del Indecopi –que considero una entidad ejemplar– a un socialista que cuando estaba Alfredo Bullard.

¿Cree que la independencia de las autoridades de competencia sea una premisa básica para su funcionamiento?

Es mejor que sean independientes. Pero hay que afinar en el método de selección de las autoridades, porque al final aunque sea independiente puede convertirse en un grupo político que administra la competencia. Se pueden hacer barbaridades desde un órgano independiente, pueden empezar a romper cacharros pensando que están haciendo bien al país. Yo mismo he odio a algún compañero mío del Tribunal de Defensa de la Competencia decir que siempre es mejor tener mil empresas que 100 en un sector. Le tuve q explicar q esa es una ilusión. Por ejemplo, cuando hace tres siglos el trigo se cultivaba en pequeñas parcelas, con el arado romano tirado por el propio agricultor, era tan baja la productividad del campo que el precio del trigo era tan alto que los panes no podían comer pan de trigo. Para que puedan, se ha tenido q producir el trigo en grandes extensiones fuertemente capitalizadas, con máquinas que hagan muy productivo el cultivo de la tierra. Ahora el trigo se produce de manera tan barata que el pobre tira por la noche el pan q sobró y no lo guarda para el día siguiente. No se puede como axioma decir que es mejor siempre un millón de empresas en un sector que 100. Dependerá. Hay 6 empresas que producen el trigo en vez de infinitos productores, pero los pobres pueden comer pan.

En el Perú existe un reciente proyecto para introducir el control de fusiones, que pretende que se realice un control previo de los procesos de fusión y adquisición. ¿Qué opinión le merece esta iniciativa?

Opino que debe manejarse con mucha prudencia. Puede valer el control, pero no hay que pensar que es la solución a todos los problemas. Es un tema que se debe manejar con paso corto y vista larga; con ojos de lince y manos de cirujano. Porque, si no se hace así, puede estropear las cosas en vez de arreglarlas.

Es  una costumbre legislativa en el Perú copiar legislación de otros países. Por ejemplo, la legislación de control de fusiones es una imitación de una tendencia internacional.

Pero porque sea una tendencia internacional no quiere decir q sea acertada; quiere decir que es la moda. Cada país tiene una estructura económica diferente, barreras de entrada diferentes, etc. Todo eso determina si debe existir un control de fusiones y la gradualidad que debe tener. No se debe aplicar con el mimo rigor el control de fusiones en un país superindustrializado que en un país que está empezando como el Perú, sería un disparate. Por eso, en el derecho de Competencia en general, y en particular en el control de fusiones, es el “ayatola” que cree ser dueño de la verdad. Estamos operando ojos con un hacha de sílex, no con un bisturí sofisticado.

¿Cuál sería la peor consecuencia que podría traer el control de fusiones en el Perú?

En principio, la iniciativa me parece positiva, porque parece q solo están pensando en sectores muy, muy gordos, en los que se han hecho abusos de posición dominante. Pero generalizar su uso podría crear como efecto primero disminuir la inversión en el Perú y, en segundo lugar, disminuir la producción (y si la producción es baja los precios suben y se perjudica hasta el consumidor). Por ello, es un asunto q hay q manejar con mucha prudencia.

¿Cuál cree que sería un régimen regulatorio ideal en temas de competencia?

Legislación muy clara, precisa y predecible que se modifique poco, porque es fundamental la seguridad jurídica, es un factor metafísico de productividad. Además, la ley debería clasificar las conductas con suficiente grado de detalle para impedir la arbitrariedad de quien la administra. Hay principios ideales que aplicar en todos los asuntos, no solo en competencia: leyes claras, cortas, precisas y que exista predictibilidad.

¿Cuál cree que sea la importancia de la autoridad de Competencia? ¿No basta con el poder judicial?

Aun aunque se tratase de un país en el cual el Poder Judicial sea independiente y no esté corrupto, la autoridad de competencia es necesaria porque, en primer lugar, si alguien trasgrede la ley de competencia, serán muy pocos los que identificarán que son perjudicados netos por esa infracción. Uno como consumidor no tiene como saber si ha existido una práctica colusoria, puede no saberlo nunca.

En segundo lugar, el impacto pequeño que en uno produce la práctica colusoria es muy pequeño comparado al costo que significa iniciar un proceso judicial. Es como el tráfico vial: es necesaria una autoridad de tráfico (policías), porque si alguien se pasa la luz roja, el incentivo para iniciar un procedimiento judicial es muy pequeño. Como no lo hacen los ciudadanos porque el costo de hacerlo es muy alto en comparación al beneficio que se obtendría, debe haber una policía de tránsito no corrupta e independiente. Por eso es necesaria la autoridad de competencia, incluso para los q somos partidarios de que el Estado se inmiscuya lo menos posible. Además, un tribunal ordinario podría tardar tres o cuatro años en resolver y uno especializado no. Asimismo, la autoridad de competencia está especializada en ese tema con formación económica y jurídica.

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