Por Juan Sergio Puicón Deza, alumno de la Facultad de Derecho en la PUCP y miembro del Consejo Editorial de Enfoque Derecho

Déficit fiscal generado por los millonarios subsidios a diversos sectores. Inflación que, en 2014, llego a niveles cercanos al 40%, ocasionado por el aumento del gasto público y la expansión monetaria. Pobreza de casi 29% de la población. Numerosas investigaciones por corrupción y enriquecimiento ilícito de la familia presidencial, cuyo patrimonio aumentó en más de 1000% desde 2003 hasta 2015. Parece mentira pero, dado los resultados de las primarias del domingo 11 de agosto, los argentinos vuelven a dar la oportunidad de gobernar a aquellos que arruinaron el país hace un par de años. Los mismos que implementaron desastrosas políticas que han llevado al país a una de sus peores crisis, y que tienen múltiples investigaciones y pedidos de prisión por actos de corrupción y criminales. En dichas elecciones primarias, que en realidad sirven como un macro sondeo de cara a las elecciones definitivas de octubre, Macri recibió tan solo 32.1% de los votos contra un abrumador 47.7% de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

La reacción del mercado no se hizo esperar y la negativa de estos fue abrumadora. En menos de dos días, el peso se había devaluado 15% más y los mercados se desplomaron con la segunda caída bursátil más grande en los últimos 70 años de historia argentina. El sorprendente resultado en las votaciones sacudió los mercados financieros, lo cual provocó una caída de la bolsa en el índice S&P Merval de 48% en términos de dólares. Ello significó un derrumbe histórico que; sin embargo, ya venía arrastrándose en lo que va del año ya que el Merval acumula en lo que va del año una caída del 7.77%. La explicación de esa caída es compleja, pero lo que se debe tomar en cuenta es que los inversores están buscando conservar el capital para los portafolios concentrados en activos locales y diversificar el riesgo.

Ahora bien, la pregunta que surge entonces es ¿por qué a los mercados les aterra la vuelta del kirchnerismo al poder en Argentina? Para responder a esa pregunta, es necesario revisar ciertos factores que explican esta reacción.

Para comenzar, debemos entender cuál es el rol que ha tenido la inflación en la crisis económica argentina. Brevemente, entendemos por inflación cuando los precios de los bienes y servicios que son demandados por la población crecen de forma generalizada. Dado que actualmente el valor de los billetes dependen casi completamente de la confianza de los mercados, los problemas surgen cuando gobernantes de un país deciden utilizar máquinas de impresión de billetes irresponsablemente y la emisión de billetes no es acompañada de un crecimiento económico. De esta manera, se crea una demanda artificial con una doble consecuencia: por un lado, se alza el precio de los bienes y, por otro lado, la población pierde confianza a la moneda. Es aquí donde entra otro de los grandes errores que muchos gobiernos aplican en busca de “solucionar” la inflación: los controles de precio. Como en la mayoría de casos los controles de precio han probado no funcionar, los políticos suelen utilizar el dinero emitido sin respaldo para incrementar el gasto público. Entonces se crea un circulo vicioso de mayor inflación, lo cual tiene como consecuencia destruir el valor de los ahorros, aniquilar la seguridad jurídica y depreciar la moneda nacional.

Si bien Latinoamérica no ha sido ajena a procesos inflacionarios, pocos países han sufrido tanto como Argentina, y es que el país ha vivido en dichos procesos por al menos las últimas 5 décadas. Inclusive, desde la creación del Banco de Central de Reserva argentino, en 1935, la inflación media anual ha sido de más del 60%. Actualmente, la inflación interanual en Argentina es de aproximadamente 51.3%, la cual la convierte en la tercera más alta del mundo. A grandes rasgos, lo que ha ocasionado tremenda inflación es el descontrol que han vivido las cuentas públicas de los gobiernos en los últimos 50 años, recurriendo tanto a la emisión de deuda, interna y externa, como a la emisión monetaria para financiar los grandes déficit públicos. El efecto más claro de las elevadas tasas de inflación es que han destruido la competitividad del país. Por un lado, ha consumido el ahorro y el capital local, y, por otro lado, introduciendo restricciones que terminan creando una economía incapaz de competir en el mundo.

Un rol fundamental en esta crisis también la ha tenido el dólar. Este ha servido como un mecanismo de defensa por parte de los ciudadanos argentinos ante la crisis. Tal como lo ha señalado el economista argentino Roberto Chachanosky: “la economía argentina está dolarizada de facto, falta hacerlo de iure”. Y es que el dólar ha adquirido, por un lado, un rol extremadamente importante dado que el precio de los productos está muy ligado a la cotización del dólar puesto que todo se negocia en dólares en el ámbito de exportaciones e importaciones; y, por otro lado, es una moneda que le permite a los argentinos mantener el valor de sus ahorros.

Acerca de la situación actual de Argentina, la situación del país que deja este gobierno de Macri está mucho peor de la que se encontraba cuando entró al poder (tras los 12 años de los Kirchner). La economía se encuentra en recesión, la inflación actual se sitúa entre las más altas del mundo con más del 55.8%, la pobreza ha aumentado al 32% y la deuda pública se encuentra ahora en el 86% del PBI. La situación es tan grave que Macri ha pedido un rescate por 57 mil millones de dólares al FMI, el más grande en la historia de esta institución. Es claro que Macri no ha cumplido con las expectativas y no ha realizado las reformas ni cambios necesarios para salir de esta crisis. Ha perdido la confianza de la gente y eso se ha notado en las urnas.

Ahora bien, regresando a nuestra interrogante inicial, si el gobierno de Macri ha probado ser ineficiente y blando para mejorar la situación del país ¿por qué los inversionistas temen tanto el regreso del kirchnerismo al poder? Es decir, ¿tan malo sería volver a un gobierno en que la situación, aparentemente, estaba “mejor” que actualmente? Pues sí, los inversionistas (y la población también) tienen grandes motivos para temer un regreso del kirchnerismo.

Existe un gran miedo a la incertidumbre acerca de las políticas económicas e institucionales que se podrían implementar en un próximo gobierno; ello, por la historia de los 12 años del kirchnerismo. Para comenzar, uno de las decisiones más importantes que tomó Cristina en su gobierno fue el impago de la deuda que tenía Argentina con los inversores internacionales, desatando así una guerra entre el Gobierno de Kirchner y los inversores. Pero la lógica es clara, si uno no le paga lo que debe a los acreedores, será muy difícil encontrar nuevas personas dispuestas a prestarte dinero. Al encontrarse ante una falta de inversión, y estando su programa político basado en aumentar el gasto público, Cristina decidió imprimir billetes, pero decidió hacerlo de la mano con una medida a la que llamó el “cepo cambiario”, la cual consistía en que el cambio de peso argentino a dólar americano estaría fijado por ley. La consecuencia lógica en un libre mercado de esta fijación de cambio es que, aunque el el gobierno diga que un dólar vale X pesos argentinos nadie te los va a vender a ese precio. De esta manera, en Argentina surgieron dos tipos de cambios paralelos, el dólar oficial fijado por el Gobierno y el dólar blue el cual era fijado a precio de mercado y vendido en las calles argentinas.

No obstante, al ser el único que podía cambiar el dólar ofical el Banco Central de Argentina, este tuvo que dar los dólares que tenía en reserva y – en menos de 3 años – se perdieron 20.252 millones de dólares. Cabe resaltar que, durante el gobierno de los Kirchner, hubo una extremada intervención estatal a instituciones que, en teoría, eran independientes tales como el Instituto Nacional de Estadística y Censos, los cuales mostraban cifras arregladas a favor del gobierno y, por ende, las estadísticas que daba el gobierno solo tomaba en cuenta lo que decía el Banco central y no el mercado real. Esta falta de transparencia fue criticada por muchos, inclusive por el FMI, el cual emitió una declaración de censura en el 2013.

Una de las primeras acciones de Macri al entrar al poder fue eliminar el cepo cambiario, lo cual ocasionó que el dólar duplicara su precio, lo que no quiere decir que la inflación haya sido causada por el ingreso de Macri al poder, sino que siempre estuvo ahí pero camuflada por Cristina.

Parece increíble, pero después de la crisis, de pésimos resultados y políticas, y de múltiples escándalos de corrupción, el kirchnerismo está por volver al poder. Como es de esperar ello genera miedo e incertidumbre en el mercado, lo cual se ha manifestado en la caída del 48% en la bolsa argentina. Y es que el mero hecho que Cristina regrese al poder supondría el retorno a las mismas políticas ultra intervensionistas y de elevado gasto público. Además, es lógico, tal como lo ha advertido el analista argentino Carlos Malamud, que todos quieran deshacerse de sus divisas lo que ocasionará que el peso se hunda aún más.

El gobierno argentino tiene que devolver en 2020 cerca de 34 mil millones de dólares, esto en un contexto de recesión económica y con una deuda que alcanza cerca del 90% del PBI. La solución a la crisis argentina requiere de tres decisiones fundamentales y básicas: 1) reducir el gasto público, 2) equilibrar los presupuestos y 3) dejar de depender del Banco Central y la emisión de divisas. Lo que necesita Argentina es un cambio de rumbo total, lo cual no lo ha tenido con Macri y no la tendrá mucho menos con Fernández. Y lo que es peor, con este, la posibilidad de que Argentina impague su deuda es muy elevada, generando mayor desconfianza y aislando a Argentina mientras sigue hundiéndose en una crisis sin aparente fin.

Fuentes consultadas:

Fuente de la imagen: TN.com

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