Enfoque Derecho tiene el agrado de presentar el más reciente blog, Derecho y Psicología, por Fernando del Mastro, profesor de Derecho en la PUCP, el cual tratará de temas de análisis conjunto de temas de la psicología y el Derecho, y buscará generar un cambio en la investigación desde el Derecho y en nuestro sistema ordenamiento. Como primera publicación y presentación, comparte el siguiente artículo.

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Es curiosa la respuesta que los abogados han encontrado para el problema del bullying: “pongan psicólogos en los colegios”. Es como si la soberbia o flojera de los abogados les impidiera entrar al tema de fondo y dijeran “bueno, que de eso se encarguen los psicólogos”, “que entren a los colegios y solucionen el asunto”. Sale entonces rápidamente una ley mediocre que no tiene en cuenta el problema en toda su dimensión.

Hay muchos motivos por los cuales los niños son violentos. Por un lado, es parte de su naturaleza, todos tenemos algo de violencia como parte de nuestras pulsiones inconscientes, es el tanatos inherente a la condición humana. Como advierte Hanna Arendt en Eichmann en Jerusalem, esta violencia y maldad puede surgir en muchas personas consideradas normales si el contexto es propicio para ello. En el caso de los niños y adolescentes, esta agresividad inherente se ve incentivada y concretada en acciones violentas indeseables por una serie de factores que caracterizan a su entorno. Uno de ellos es la situación familiar de violencia física o psicológica, de tensión, de falta de amor y comprensión, de competencia, de olvido, entre otros. Este contexto, que existe en gran parte de las familias, hace que el niño o niña sienta rabia y culpa, emociones que debe reprimir porque su niñez y el ambiente familiar no le permiten expresarlas articuladamente. ¿Qué hace entonces el niño? Pega, ofende y maltrata a un compañero, liberando de ese modo su enojo. Se proyecta el odio sentido por el niño o adolescente en su casa o en su barrio a sus compañeros en el colegio (como decía Freud, hay momentos en los que lo que está reprimido no puede retenerse más). Ya en un ambiente escolar donde existe violencia, entran a influir también otras causas que hacen que los niños no violentos se adhieran a los más fuertes por inseguridad u otros factores de la personalidad que hacen que aquellos niños tranquilos comiencen a comportarse cruelmente con otros. A esto sería necesario agregar que la violencia (vista como una consecuencia de la falta de empatía) puede tener también causas genéticas, que no corresponde describir en este espacio (sobre el modo en que los genes influyen en la personalidad puede consultarse el libro “El temperamento y su trama” de Jerome Kagan). Basta con indicar que los niños pueden estar más o menos predispuestos genéticamente a ser violentos, aunque ello no reduzca la gran relevancia del ambiente familiar y escolar en este punto.

¿Qué podemos hacer desde el derecho y el psicoanálisis en este contexto? En realidad, mucho más de lo que dice la Ley 27919. Freud señalaba el Psicoanálisis puede enseñar “(…) cuan valiosas aportaciones proporcionan estos instintos perversos y asociales del niño a la formación del carácter cuando no sucumben a la represión, sino que son desviados por medio del proceso llamado sublimación”. Un ejemplo de ello es el arte. La rabia y, en general, todas la emociones, puede expresarse y encontrar un modo de satisfacción en el arte. Pintar, tocar piano, actuar o cantar pueden ser medios muy provechosos para liberar, en forma valiosa, esa violencia contenida. Más aun, como advierte Nussbaum en un libro que los políticos vinculados a la educación deberían leer (titulado: “Sin Fin de Lucro”), el arte es un medio de autoconocimiento y de conocimiento del otro. Al actuar, uno siente su personaje y comprende al personaje interpretado por el compañero y vincula a ambos consigo mismo, al cantar uno conecta la melodía y las letras con sus emociones y al pintar uno dibuja sus miedos y caminos para enfrentarlos. En esa medida, el arte ayuda a niños y adolescentes a comprender sus emociones, a manejarlas y a expresarlas positivamente. Otro mecanismo vital es el juego. Psicoanalistas como Gustav Bally y D.W. Winnicott han mostrado cómo el juego es un medio de expresión fantástico, los niños y adolescentes hablan, a través del juego, aquello que no pueden verbalizar. Por ello, bajo una guía adecuada, el juego puede ayudar a las personas a comprender al otro y a sí mismos, así como a liberar esa necesidad de expresarse y de ser escuchados. Arte y juego ayudan, entonces, a expresar, canalizar y entender esa violencia que de otro modo terminaría en golpes e insultos. Existen también diversos mecanismos implementados ya en muchos países que promueven más específicamente el control de las emociones por parte del niño, son dinámicas muy concretas que permiten al niño generar un espacio entre la emoción y la reacción, que generalmente están unidas (no hay espacio entre el “me da rabia” y  el “pego”, el segundo absorbe al primero). En esa medida, el niño puede comprender por qué siente lo que siente y tomar una decisión respecto de qué hacer, lo que va acostumbrándolo a pensar en sí mismo y las consecuencias de sus actos. Sobre esto puede consultarse los importantes ejemplos concretos que brinda Daniel Goldman en su libro “Emociones Destructivas”.

Por otro lado, en la actualidad los colegios tienen problemas en sus métodos que, lejos de ayudar, contribuyen a que el problema de la violencia aumente. Como advierte Dolto, por ejemplo, un niño puede estar sentado en una carpeta escuchando a un profesor por 3, 4 y hasta 6 horas. Tal contención de la naturaleza libre hace que salgan al recreo a matar y, por supuesto, nadie analiza lo que ocurre en los recreos porque estamos centrados en una educación utilitaria para el conocimiento y no en el desarrollo de la libertad. Mucho pudieran aprender los profesores de sus alumnos si mirasen con más atención los recreos y muy útil sería también repensar las dinámicas de aprendizaje en las clases. Otro ejemplo de la mayor relevancia es el de la disciplina ya que no existe una política en torno a cómo se crean, comunican y aplican las reglas en los colegios. En esos contextos, como muestra Rebeca Wild, las normas terminan siendo algo irracional que frenan las necesidades naturales y positivas del niño y se aplican con autoritarismo y sin cariño por la inconsciente inseguridad, incapacidad y flojera del adulto, quien además también proyecta sus propios problemas en los niños. Las normas no son entonces medios para poder actuar con libertad sino restricciones a las que se teme sin comprenderlas. Las faltas cometidas, por ejemplo, se sancionan con medidas que no guardar ninguna relación con la infracción (¿Rompes la ventana? te dejo sin postre, ¿le quitas el juguete a tu amigo? te vas a la esquina, ¿pegas? te quedas sin recreo). En ese sentido, el niño no comprende de todo y desde la experiencia por qué está mal lo que hizo sino; tan solo que hay una autoridad arbitraria que debemos respetar para evitar el castigo. Peor aún, el niño que lastima a otro es lastimado a su vez por la sanción irracional y sin ninguna contención posterior ya que nadie aprovechó la oportunidad para explorar con él por qué actuó de tal modo. Esto solo añade al odio previo algo de culpa y más rabia.

Cuando un niño comete un acto de violencia verbal o física hay, entonces, un conjunto de causas y factores que contribuyen a su concreción. El profesor no comprende debidamente lo que ocurre. Es como un médico mediocre en un hospital semi-destruido dentro de un pueblo peligroso. Hay mucho por hacer. Los profesores tienen que ser un poco psicólogos. Como dijo Freud “sólo puede ser pedagogo quien se encuentre capacitado para infundirse en el alma infantil” y esto es un lugar común no solo en psicoanálisis sino también en educación. Debemos también tener arte, juego y humanidades en los colegios. Es lamentable y absolutamente preocupante que estos rubros estén desapareciendo porque no tienen “utilidad” económica, como si el ser humano fuera una alcancía que piensa. El actual gobierno debería estar muy atento a esto. Es necesario además repensar los horarios y dinámicas dentro de las clases y, sobre todo, repensar cuál es el fin de la educación. ¿Queremos maquinas de producción o ciudadanos libres y felices? Lo primero quita lo segundo, mientras que lo segundo puede asegurar, de ser el caso, lo primero.

Estas medidas deberán aplicarse en diversos modos según la edad de los estudiantes. La idea en general es que el alumno vaya adquiriendo la capacidad para reconocer los sentimientos del otro y los suyos propios, así como la posibilidad de expresarse y de reconocer los límites. De ese modo, cada alumno será paulatinamente más libre y menos violento.

Es preocupante que el derecho no se preocupe por estas cosas. Quizá es difícil, para los adultos en general, hablar de esto porque es inevitable que exista un contenido autocrítico en el discurso. Hay, sin embargo, mucho en lo que el sistema legal puede ayudar. Las normas de acreditación de colegios, por ejemplo, podrían contemplar algunas de estas medidas específicas. El reglamento de la Ley anti-bullying podría también fijar cosas de fondo y establecer contenidos concretos para las “políticas de prevención”. Evidentemente, el gobierno tiene que poner dinero en esto, capacitar profesores, diseñar metodologías específicas para introducir en las aulas y pasillos de los colegios. Dotar de psicólogos a los colegios es también una medida positiva, aunque accesoria, para enfrentar el problema. Nótese además que los psicólogos deberían ayudar también a los profesores, quienes muchas veces tienen más problemas que los niños. Como dice Jung, “el pedagogo ha de prestar mucha atención a su propio estado psíquico a fin de discernir con más nitidez la raíz de las perturbaciones que presentan sus alumnos”.

Hemos visto en estas líneas algunos de los puntos que los colegios pueden atender para enfrentar el problema de la violencia en los colegios y cómo el derecho podría ayudar. Hay que reconocer, sin embargo, que otro tanto corresponde a la familia y a la interacción entre esta y el colegio. Por motivos de espacio no abordaremos estos aspectos, pero podemos afirmar que en estos rubros el psicoanálisis y el derecho también podrían jugar un papel importante.

Hay mucho que el derecho puede hacer, en este y otros problemas, si no se cierra en sus normas sin mirar y entender la complejidad de la realidad que regula. En esa línea, es de vital importancia comenzar a utilizar más al psicoanálisis y a la psicología (que buscan entender en profundidad al ser humano y a la sociedad) en las reflexiones jurídicas.

16 COMENTARIOS

  1. Efectivamente los profesores debemos también ser un poco psicólogos que sepamos mirar a los niños con ojos de niño: Nuestra misión es formarlos para que sean felices, por lo tanto se les debe enseñar a manejar sus emociones. darle las herramientas para que sepan detenerse, tranquilizarse, pensar y escoger las mejores decisiones para tener una mejor convivencia.
    Espacios como este nos ayudan a comprender a los alumnos y acompañarlos en este proceso que no es fácil para ellos, así como no fue fácil para cada uno de nosotros.

  2. Soy profesora de ed inicial, y lo que he leido es algo que veo todos los dias en el trabjo. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Me encanto saber que alguien mas nos puede ayudar a que los ninos sean felices y libres de pensamiento:)

  3. Es interesante y necesario que los abogados no nos cerremos en las regulaciones que intentamos implementar, sino que nos abramos a un trabajo más integral. Del mismo modo, los psicólogos, economistas, profesores, etc deben realizar un trabajo de aporte.
    El tema que se trata en el artículo es un ejemplo claro de lo indispensable que es la integración de disciplinas para conseguir resultados que, en la realidad, solucionen problemas. La sociedad necesita de abogados creativos y que no se cierren en sus conocimientos, sino que aprendan de los del resto.

    Muy buen artículo.

  4. Fernando te felicito! Está buenazo tu artículo. El bullying se ha convertido en un problema psicosocial que abarca, como bien dices, no sólo a los mismo niños y adolescentes sino también a los maestros, psicólogos, familias, abogados y en general, a toda la sociedad.
    Creo que mucho tiene que ver, como dices, nuestro sistema de educación. Nos basamos en una enseñanza basada en lo memorístico, simplemente en que el alumno aprenda conocimientos; y dejamos de lado el desarrollo humano, personal ¿Dónde quedó el aprendizaje constructivista, la creatividad, el desarrollo de una moral autónoma y con ello, el autoconocimiento que conducirá finalmente al sentido de la vida (Frankl), basado en la propia libertad?
    Por otro lado, coincido contigo en que una de las técnicas que es sumamente importante para la sublimación es la actuación, y concretamente el psicodrama creo que tiene mucho que aportar y que aun cuenta con mucho campo para su desarrollo.
    En fin, podría seguir comentando un montón! Nuevamente felicitaciones por este excelente artículo! y ojalá sigas escribiendo muchos más y compartiéndolos con nosotros.

    Saludos!

    Cami

  5. FELICITACIONES FERNANDO!!!
    Me siento muy orgullosa que las bases de tu inquietud intelectual se sembraran en Little Workshop!!! Hace 3 meses he publicado un libro:»No Bullying-Manual de prevención e intgervención en la escuela», con otras dos psicólogas en base a un programa antibullying trabajado en el colegio en el que trabajamos (Antonio Raimondi).
    El tema del bullying es más de lo que publicas en tu blog y no solamente responde a la mala gestión en los colegios o sistemas educativos. La mayoría de las veces tiene que ver con la poca formación y sensibilidad de los espectadores involucrados en las situaciones de bullying y para esto, no sólo deberíamos involucrar a los abogados, sino a los periodistas, que son los que en gran medida contribuyen, con la manera de exponer sus noticias a endurecer el corazón de los niños y jóvenes.
    Muchos cariños,
    Luchi Vallarino

  6. Gracias por sus comentarios. Me alegra ver que lo escrito tiene sentido para quienes están involucrados diariamente en la labor educativa y que hay experiencias positivas. No estoy seguro del trabajo que siguió el Congreso para hacer la ley. No estoy seguro si consultaron con diversos psicólogos u otros profesionales que conocen la problemática o si analizaron buenas experiencias en colegios. Lo que sí creo es que no hubo suficiente debate antes de su aprobación. Se trata, sin duda, de un problema que tiene muchas causas y en el que muchas experiencias han dado resultados por lo que hubiera sido positivo que se haga un trabajo más abierto y completo.

    Si uno analiza la parte de “análisis costo-beneficio” de los proyectos de ley se dará cuenta que en realidad hay muy poco análisis de la realidad y muy poco enfoque interdisciplinario para la regulación. Creo que eso hace que las leyes sean demasiado jurídicas y no entren a los temas de fondo en las situaciones que buscan regular. Por lo demás, muchas de estas normas se crean sobre la base de un conocimiento mediocre de las situaciones reguladas. En el caso del bullying, por ejemplo, una alumna del curso de investigación que dicto en la PUCP, mostró que muchas veces la violencia se da en los alrededores del colegio. Con qué frecuencia ocurre esto es algo que hubiera sido bueno conocer antes de elaborar la ley ya que podría suponer el establecimiento de algunas medidas adicionales a ser implementadas por el Colegio o por la Municipalidad.

  7. Felicitaciones por el artículo, muy bueno. Ahora, yo no sé si los que han fallado son los abogados, me inclinaría a pensar que han sido los educadores que no han sabido expresar y procesar las raíces profundas del problema, ya sea por falta de interés o porque simplemente nunca se les dio las herramientas para tratar este tipo de problemas (si piensas que las Facultades de Derecho están en crisis, espera a que chequees las Facultades de Educación). LA respuesta de los abogados simplemente «regula» lo que ya ha sido tomado como un lugar común en dicho espacio «si hay un niño violento, que vaya al psicólogo».

    El colegio actual es un espacio arbitrario, violento, y como bien has señalado «nadie analiza lo que ocurre en los recreos porque estamos centrados en una educación utilitaria para el conocimiento y no en el desarrollo de la libertad». Me parece muy interesante poder plantear este tema desde el punto de vista de la currícula escolar; comparto la impresión de que el ser humano va perdiendo espacio en la escuela actual: las humanidades se baten en retirada frente a una onda «profesionalizadora» (que tiene mucho de aspiracional) que pierde de vista que, finalmente, lo que debería hacer la escuela es formar seres humanos.

  8. Tienes razón Alberto, creo que no fue del todo correcto atribuir el error a los abogados. Creo que el Congreso (que no está formado solo por abogados) debería hacer un trabajo más interdisciplinario y, en este caso en particular, los educadores y psicólogos tendrían que intervenir para la regulación y, sobre todo, para la implementación de las normas.

    En cuanto al tema de cómo se está perdiendo el espacio en la escuela actual, creo que es quizá unos de los más preocupantes en la actualidad. Es muy fácil vender la idea de una educación para hacer plata y muy difícil que se comprenda la importancia que a nivel social y personal tiene la libertad y la capacidad de ser feliz y estar sano mentalmente. Esto último no vende (o no se sabe vender, o nadie está interesado en venderlo) pero es algo de vital importancia. Insisto en que el Libro de Nussbaum (Sin Fin de Lucro) es muy bacán para abordar ese tema.

  9. Una excelente decisiòn el optar por no cerrarnos en nuestra disciplina (el derecho) sino vincular esta con otra àreas para poder realizar cambios estructurales, ya que las estructuras no parte de una u otra disciplina, sino de la interacciòn de todas. Y las reformas estructurales van siempre de la mano con la educaciòn. El tema central que abordas, Fernando, es un hecho sobre el cual, si no se empieza a trabajar desde ya, nos seguirà limitando en la bùsqueda para el desarrollo social integral.
    Gracias por tu aporte y esperamos ver màs artìculos tuyos que, por lo que sè, tienden a aportar mucho desde el anàlisis reflexivo y el conocimiento.

  10. Excelente artículo, felicitaciones. Para evitar situaciones de violencia en los colegios también podría evaluarse el impacto del ambiente (infraestructura), en el comportamiento de los alumnos. Tengo la impresión de que los alumnos que no cuentan con ambientes adecuados para el estudio, actividades artísticas o esparcimiento en sus escuelas, son sometidos a situaciones de estrés que pueden desembocar en violencia.

  11. Me parece bacán el artículo. Felicitaciones. Una duda: Entiendo que la psicología y el psicoanálisis son una herramienta importante que debe ser considerada en la actividad legislativa, pero ¿cuál sería la propuesta política?: que los abogados se informen más sobre el tema y lo apliquen ellos mismos en su ejercicio (lo digo porque por ratos parece que ahí se quedara la crítica, hacia el abogado); o que exista una elaboración obligatoriamente interdisciplinaria del contenido de las leyes (en ese caso, ¿cuáles serían las relaciones interpersonales regulables en donde un experto sobre el tema se hace imprescindible?, ¿la falta de él invalidaría la propuesta?); o quizá una tercera opción.
    De otro lado, si bien humanizar la educación es una urgencia respecto a un «pragmatismo economicista», yo no estaría tan seguro de que ese sea el problema de fondo en la mayoría de colegios, principalmente estatales. Independientemente de la pobreza metodológica, creo que hay un fuerte elemento cultural, no solo en relación a la legitimidad de la idea de conseguir una meta a través de la fuerza o la evidencia de ella, sino también de género, en relación a la agresividad como atributo de masculinidad; y respecto a ello el poco prestigio del diálogo y la exploración de la sensibilidad en los niños (varones), más no en las niñas (donde se sublima hasta la sumisión), ahí deben de haber represiones fuertes a considerar.
    En la misma línea habría que tomar en cuenta cómo es que a través del bullying en el Perú se reproducen situaciones de dominación étnica y nuevas formas de racismo, siendo en ese sentido, una de las muchas formas en la que se manifiesta una violencia simbólica más estructural.

  12. Excelente artículo. Cómo hace mención existe múltiples factores que llevan a dar por resultado un niño(a) violento, siendo el origen en la mayoría de casos una familia disfuncional que muchas veces no tiene a dónde acudir. Dónde están las instituciones cómo la iglesia parroquial (empadronamiento, visitas domiciliarias, etc) los colegios a través de su departamentos de Psicología, entre otras, que puedan identificar conductas de riesgo, seguirlas y darles alternativas de solución y orientación.
    Ojala en algún momento pueda verse motivado en escribir y analizar sobre la Violencia familiar, que no siempre, como nos tienen acostumbrados a creer, es provocado por el Papá sino por la mamá, que se encuentra más tiempo en contacto con los hijos y peor si son hijas y menores, que apesar de convivir en la misma casa con el padre, evita las interrelaciones con sus hijas y de lo dificil que es poder probar esa situación ante las autoridades.

  13. Gracias Aaron. Creo que lo que indicas es central. El primer punto me parece muy interesante, la verdad no estoy seguro cómo se trabaja en el Congreso el tema de la interdisciplinariedad, me atrevería a especular que no hay nada muy estructurado (a juzgar por la parte «costo-beneficio» de las leyes, que es un saludo a la bandera). Creo que sería un gran cambio que exista algún equipo técnico que pueda asesorar con una mirada interdisciplinaria a los congresistas. Creo también que hay mucho por hacer desde el ámbito académico, a través de invetigaciones que los abogados que conocen otras materias, en conjunto con profesionales de otras disciplinas, puedan hacer.

    Es cierto que hay una crítica a los abogados en el artículo. Creo que, en términos generales, los abogados solemos centrarnos en lo jurídico desde un punto de vista dogmático, hay muy poca investigación seria e interdisciplinaria. Esto es un problema si se considera, en el imaginario, que la ley es un producto de abogados. A nivel de educación legal, creo también que la falta de interdisciplinariedad afecta las opciones que tiene un estudiante desde el derecho. Por ello, creo que es necesario que los abogados (sobre todos los que están más vinculados al mundo académico o de reformas) se involucren más con otras disciplinas, aprendiendo de ellas y/o formando equipos con profesionales de distintas materias.

    El tema de machismo y del racismo es totalmente cierto, más aun en un país como el nuestro. Algunos de los ejemplos que menciono en el artículo lidian con esos temas (el libro de Nussbaum tiene ejemplos interesantes de cómo el arte sirve para comprender a personas de culturas distintas y el libro Emociones Destructivas también brinda ejemplos de cómo conectar a los niños y niñas con sus sentimientos y con los de sus compañeros(as)). Ojo que cambiar el paradigma economisista implica ir a otro paradigma, donde justamente la empatía y la comprensión de uno mismo y del otro son ejes centrales. Sin perjuicio de ello, creo que es necesario enfocar más detalladamente ese problema para que las metodología sirvan para trabajarlo e ir cambiando. Creo que es interesante también analizar bien el tema del racismo, su origen, como se reproduce, entre otros, a fin de analizar cómo desde la escuela se puede comenzar a cambiar.

    En este tema en particular, creo que la ley o el rgto deberían fijar acciones más concretas en distintos niveles para combatir realmente el problema.

  14. Gracias. El tema de la violencia familiar (física y psicológica) debe ser una de las causas principales del bullying (la culpa y rabia reprimida son fuentes claras de violencia). Lamentablemente, en nuestro país hay mucha violencia en las familias y eso genera violencia en los colegios y en la sociedad en general (a través de las pandillas, por ejemplo). Para un profesor no es fácil reaccionar cuando identifica que uno de sus alumnos sufre violencia. Creo que los profesores deberían estar entrenados (al menos algunos de ellos) y también debería haber coordinación con las entidades estatales del caso para prevenir y detener la violencia.

    En el tema de psicología y derecho hay cosas interesantes sobre derecho de familia y violencia familiar, espero poder abordar el tema de modo descriptivo (no soy especialista) en un próximo post. Gracias!

  15. Pense que hablarias sobre las medidas limitativas de derechoq que se pueden imponer a ese muchachos malcriados que abusan de otros, como aportacion del derecho para intentar corregir este flagelo. Mas haya de si tengan problemas en sus familias estos agresos deben de ser sancionaros…mandarles a barrer una o 2 semana la plaza de armas y una terapia psicoligica no les caeria nada mal….haver vamos a ver si despues de eso, quieren seguir siendo pagalones.

  16. Es muy bueno el artículo, realmente no pensé encontrar algun artículo que esté tan relacionado con el tema que también estoy abordando en mi universidad. Gracias por la inspiración a seguir con ésta investigación.

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