Para finalizar #ViveElDesafíoProBono, presentamos la entrevista realizada a Alonso Acosta, Adriana Tapia y Daniela Maurate, estudiantes de la Facultad de Derecho y ganadores del Desafío Pro Bono 2015, por el proyecto «Derecho en Acción».
Entrevista realizada por Sheyla More, miembro de Khuska.
SM: ¿Qué los motivó a participar en el Desafío Pro Bono?
AA: Lo que nos motivó a participar fue la oportunidad de poder exponer ante el público una serie de ideas y proyectos que nosotros consideramos necesario y que, en este caso, pudiera causar impacto en los estudiantes y en el sector que abarca nuestro proyecto. En ese sentido, la oportunidad, es decir, el reto que nos daban y las oportunidades que nos dan ahora que hemos sido seleccionados ganadores han sido las principales motivaciones.
AT: Creo que algo que también nos motivó fue ese deseo de poder presentar la problemática ante la sociedad. La informalidad es un problema de nuestro país que queremos que sea enfrentado; y creemos -estamos convencidos- que el derecho es una herramienta útil que puede enfrentar esto.
DM: Participar en el Desafío Pro Bono fue todo un aprendizaje. No solo porque implicó aprender cómo elaborar un proyecto, sino porque para lograr solucionar un problema es necesario conocerlo a profundidad; adicionalmente, la idea de que el proyecto ganador pueda ser ejecutado fue una motivación constante en el equipo, ya que supimos que podríamos poner en marcha las ideas que teníamos para poder solucionar el problema identificado, lo que nos generaba mucha ilusión.
SM: ¿Qué problemática social buscan enfrentar a través del proyecto «Derecho en Acción»?
AT: La problemática es la informalidad. Específicamente, nuestro proyecto está vinculado a la formalización de microempresarios; no solo porque la informalidad es un problema en el Perú, sino también porque ellos tienen ciertas oportunidades a las cuales no pueden acceder por encontrarse en una situación informal y, siendo el Perú un país en donde el 98.6% de empresas son micro y pequeñas empresas, creemos que es relevante.
A esto se le debe añadir la falta de acceso a la información sobre los beneficios de la formalidad, toda vez que aproximadamente el 62% de los microempresarios desconoce la existencia de capacitaciones y/o talleres que informen sobre la formalización. En ese sentido, «Derecho en Acción» busca ser una herramienta que genere conocimiento a los microempresarios, para lograr el empoderamiento de los mismos.
SM: ¿En qué consiste el proyecto «Derecho en Acción»? ¿A quiénes está dirigido?
AA: Nuestro proyecto consiste en poder brindar conocimientos básicos de Derecho a micro y pequeños empresarios en las ramas de Derecho Tributario, Laboral, Corporativo, entre otros. Este será un conocimiento básico que todo micro y mediano empresario desea acceder, pero no lo hace por la poca información de calidad que tiene (ya sea a través de la web o de los diversos medios que pone el Estado o diversas instituciones). Lo que queremos hacer a través del proyecto es brindarle al micro y pequeño empresario un conocimiento de calidad y, de esta manera, empoderarlo para que pueda salir adelante y cumplir sus objetivos.
DM: El proyecto «Derecho en acción» tiene dos públicos objetivos centrales. El primero de ellos, y el más relevante, son los microempresarios. Se busca su empoderamiento y formación para que eventual y próximamente puedan formalizar su empresa. El segundo público son los gestores. Son las personas a quienes se les capacitará para que ellos mismos puedan brindar herramientas jurídicas útiles para los microempresarios (además de la experiencia que poseen). Todo ello estará acompañado de un manual en el que se explicarán las áreas del Derecho que ya mencionamos como son tributario, administrativo, propiedad intelectual, entre otras ramas que son útiles y necesarias para el empoderamiento y fortalecimiento de conocimientos de los microempresarios. Eso son los objetivos que tiene el proyecto y ese es básicamente el desarrollo que tiene.
Todo lo expuesto hace referencia a la razón por la que nuestro proyecto se titula así. «Derecho en acción» significa, en otras palabras, poner en práctica todos los conocimientos jurídicos para aportar a la sociedad, para que el Derecho no quede solo en la teoría, sino en la acción de nosotros, los estudiantes.
SM: ¿Qué logros pretenden alcanzar a corto, mediano y largo plazo a través de su proyecto?
AT: Primero, pensamos entender bien la problemática para brindar ese espacio de capacitación al microempresario. Para nosotros, lo más importante, antes de llegar a la etapa de ejecución del proyecto, es la formación del equipo que va a hacerse cargo del proyecto. Actualmente somos tres, pero en realidad contamos con la participación de siete personas más. A estas personas hemos denominado gestores, y luego de formarlos a ellos, nuestro segundo objetivo es formar a los microempresarios mediante la elaboración de nuestro manual con los temas relevantes. Finalmente, nuestro objetivo es tenerlos como microempresarios capacitados a quienes podamos brindar algunos canales de formalización que han aprendido, porque, de acuerdo a nuestra investigación, los microempresarios son un público que le gusta aprender y que, además, tiende a aplicar los conocimientos que obtiene.
AA: Otro de nuestros objetivos es constituir una organización civil sin fines de lucro, que va a ser la primera organización interuniversitaria de estudiantes de Derecho dedicada al 100% a tocar temas de responsabilidad social. De hecho, ya estamos trabajando con alumnos de la Universidad del Pacífico, y nos gustaría contar con otras universidades de Lima y que también se pueda llegar a provincia.
SM: ¿Cómo podrían describir esta experiencia, desde su posición como estudiantes de derecho y como ganadores del Desafío?
AT: Para nosotros, la oportunidad es increíble. Creo que permite a todos los estudiantes explorar un espacio que – hasta ese momento – habían explorado, pues es un espacio para aplicar los conocimientos jurídicos en servicio de los demás. Además, creo que es una oportunidad que nos ha permitido ver hacia el futuro y pensar algo más grande, no solamente el proyecto, sino una organización que ejecute ese tipo de proyectos. Por otro lado, el conocer no solamente estudiantes sino también abogados comprometidos nos da una seguridad, pues ellos ya ejercen la profesión y tienen una preocupación por usar el Derecho como herramienta de cambio social.
DM: Esta experiencia ha sido bastante única, no solo porque hemos podido elaborar un proyecto, sino porque estamos a puertas de constituir una asociación que va a ayudar a que el proyecto perdure en el tiempo y va a poder fomentar que otros estudiantes puedan seguir creciendo y sirviendo también a la sociedad. La experiencia del Desafío Pro Bono ha sido un reto. Ha implicado que nos organicemos y que investiguemos la problemática, porque para poder servir tenemos que hacerlo con excelencia y responsabilidad. Estos han sido dos de los objetivos claros que hemos tenido como organización. Estoy segura que servirá – ahora y a futuro – como un espacio para todos aquellos que quieran convertir nuestra profesión en un motor de cambios en beneficio de la sociedad.
AA: En primer lugar, antes de poder participar, vimos en el Desafío un espacio para desarrollar un proyecto, formalmente hablando, lo que es muy positivo porque nosotros teníamos el proyecto “en blanco y negro”. En segundo lugar, podemos decir que es una especie de apalancamiento, un compromiso que nosotros hemos constituido de elaborar el proyecto, no solo entre alumnos sino también ante abogados. Este apalancamiento es positivo, porque nos motiva/obliga a hacer algo. Finalmente, es una oportunidad para los demás. El hecho que nosotros creamos una institución, es decir, institucionalicemos la responsabilidad social profesional, es muy positivo, pues hay pocos espacios donde los abogados o estudiantes de Derecho pueden desarrollarse, desarrollar su profesión y su compromiso con la sociedad. Para eso llegamos nosotros, para eso llega el Desafío Pro Bono, para poder satisfacer esa demanda que aún no está cubierta y que se mantiene constante, pues aún hay mucha necesidad por todos lados. En conclusión, diría que ha sido una magnífica oportunidad para poder concretizar un gran sueño.