En el marco de la coyuntura electoral, EnfoqueDerecho.com entrevistará a candidatos al Congreso. En esta oportunidad, entrevistamos a Alberto de Belaúnde, abogado por la PUCP, egresado de la maestría en Gobierno y Gestión Pública del Instituto de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad San Martín de Porres y becario del Global Competitiveness Leadership Program de Georgetown University, para saber un poco más sobre su vida profesional y política, a propósito de su candidatura al Congreso por la lista de Peruanos por el Kambio con el número 17.
Tú empezaste tu carrera como funcionario público en la Municipalidad de Miraflores a los 24 años.
Efectivamente.
¿Qué lecciones importantes consideras que te ha dado esta experiencia?
Creo que son varias. La primera de ellas es la importancia del factor humano en las instituciones públicas. Como bien señalas, yo entré a los 24 años como Jefe del Gabinete de asesores del alcalde Muñoz. Uno pensaría, además, que a esa edad no te van a tomar mucho en cuenta, que vas a ser el «pulpín» del grupo; pero la mística del trabajo, el liderazgo horizontal y el respeto que existe en el equipo hicieron que inmediatamente encontrase el espacio y pudiese trabajar desde el primer día. En estos cinco años, creo que una cosa que ha caracterizado al equipo son las ganas constantes de innovación, de servicio público. Esto te muestra que no solo son importantes los recursos económicos o las oportunidades que te puede dar determinada situación, sino las personas que lo integran. Eso lo traigo a colación con la postulación al Congreso. Yo estoy convencido de que se pueden plantear muchas reformas, como efectivamente se van a plantear para el Congreso, pero más importante es que se presente gente decente y preparada con ganas de servir al público.
Entonces, ¿cómo surge la iniciativa para postular al Congreso?
Yo empiezo colaborando con el Plan de Gobierno de Peruanos Por el Kambio (PPK), en la parte de Derechos Humanos. La verdad es que una de las cosas que me pareció muy positiva es este ánimo que tuvo PPK de convocar profesionales de distintos lados para elaborar una propuesta seria. De hecho, el plan de gobierno de PPK, y he leído los 19 planes de gobierno, es el plan de gobierno más serio y completo. Allí empezó la colaboración y yo tenía un profundo descontento con cómo venía funcionando el Congreso de la República. Mi abuelo fue cinco veces diputado por Arequipa y sus historias y su ejemplo de vida no se condecían con esta institución absolutamente desprestigiada; por eso tomé la decisión de postular. Creo que se podrían hacer grandes cambios, y encontré en el equipo de PPK el espacio ideal para hacerlos. Entonces, cuando recibí la invitación de postular no lo dudé.
Entrando más de fondo a la postulación, ¿qué puntos intentarías poner en agenda en caso salgas elegido?
Hay temas de fondo que creo que son olvidados por los congresistas actuales. Creo que hay una permanente obsesión con la coyuntura, con los temas muy menudos, y se dejan de lado los temas de fondo. Allí un tema clave para la competitividad del país y para la institucionalidad son las reformas profundas que requieren determinadas instituciones del Estado: necesitamos que el propio Congreso sea más representativo, con mejores leyes, con mejor capacidad de hacer su trabajo. También, y creo que es por mi formación de abogado en la PUCP, es el tema de la reforma del sistema de justicia: tema que ha sido absolutamente abandonado desde que terminó su trabajo la CERIAJUS con un plan serio que no fue implementado y que Peruanos Por el Kambio está proponiendo retomar como un acuerdo nacional por la justicia. Yo creo que mis ejes siempre van a ser institucionales teniendo como focos principales el Congreso y el sistema de justicia.
Tú, como joven, ¿qué propuestas puntuales plantearías para la juventud?
Yo creo que lo que buscan los jóvenes ahora no es un Ministerio, no es más burocracia, como proponen otros candidatos; creo que eso refleja, además, un desconocimiento de lo que los jóvenes estamos buscando. Lo que buscamos los jóvenes es lo mismo que buscan otros sectores de la población: acceso a la justicia con procesos razonables en un tiempo razonable, buscamos empleo de calidad, buscamos acceso a un sistema de salud decente y buscamos, en general, un Estado que responda a sus diferentes necesidades con servidores públicos decentes y comprometidos y me gustaría, además, que los jóvenes vean en mí a alguien que puede llevar esos anhelos al Congreso y trabajar estos cinco años por lograrlos.
A nosotros nos sorprende mucho tu labor en el ámbito periodístico por lo que hemos seleccionado dos artículos que has redactado para hacerte algunas preguntas puntuales. El primero lo publicaste en Semana Económica y en él abordas la propuesta de la asociación civil Transparencia. Proponías que los congresistas no deberían postular a la reelección por plazas electorales distintas por las que habían sido elegidos. ¿Podrías explicarnos como funcionaría esto?
Esto lo considero un aspecto clave. ¿Qué sucede el día de hoy? Un congresista sale elegido por un departamento del país con distritos electorales múltiples y este congresista debe tener la obligación de representar a quienes lo eligieron. Es un elemento fundamental de cualquier congresista: el elemento de representación; pero lo que suele pasar es que los congresistas se olvidan de las personas que los eligieron y se preocupan más en una presencia mediática que les dé notoriedad y, claro, pasan los cinco años, evidentemente las personas que los eligieron no van a votar por ellos de nuevo porque no han representado sus anhelos, no han generado canales de participación, no han mantenido un contacto directo, entonces qué es lo que buscan: postular por Lima. Al postular por Lima generas justamente este incentivo de “no importa quién te elige en la siguiente elección tu puedes buscar un nuevo electorado”. Yo creo que esto tiene que estar prohibido. Yo creo en la reelección parlamentaria. Creo que necesitamos congresistas con experiencia. Creo, además, que es el incentivo para que los congresistas hagan bien su trabajo. Pero sí creo en esta prohibición porque otro incentivo que tiene que existir es que no te olvides de las personas que te eligieron para que seas su voz en el Congreso.
¿No crees que esto podría generar un problema en el sentido de que los parlamentarios estarían totalmente atados a las demandas que tiene su población y dejarían de lado las cuestiones nacionales? Y, en un ámbito más macro, se entiende que hay regiones que tienen más representantes que otras, ¿eso no generaría un desnivel en cuanto a representación y poder de acción en el Congreso?
No, porque este parlamentario que busca la reelección ha pasado los últimos cinco años trabajando por su departamento. Debería tener el incentivo de la reelección porque sus paisanos ya lo conocen. El tema que subyace el postular por otro departamento es que no han hecho bien su trabajo. Entonces, por ejemplo, si una persona decide mudarse y residir, por ejemplo, en Lima esto lo debería de hacer cuando termine su trabajo de representación. Dejas un periodo parlamentario de por medio y, en cinco años, si deseas postular, postulas por otra región donde efectivamente habitas. Pero creo que es clave que en un sistema de distrito electoral múltiple, los representantes no dejen en ningún momento de responder a las personas que los han elegido.
Ahora pasamos al segundo artículo que publicaste. En el diario Altavoz te pronunciaste a favor de medidas como que los congresistas no ganen un sueldo, sino una dieta por sesión en el pleno a la que asistan. ¿Cómo lograrías que esta medida sea aprobada?
Esto es algo que ya existe en otras instancias de representación. En el Perú no estamos inventando la pólvora. Los regidores, por ejemplo, no reciben un sueldo; lo que reciben es una dieta cuando efectivamente asisten a las sesiones del concejo y les aseguro que la tasa de asistencia en las sesiones de concejo en cualquier concejo municipal es mucho más alta que la que tenemos de congresistas en el Parlamento. Simplemente lo que requeriría es un cambio a nivel reglamentario del Parlamento, y lo que necesitas es una bancada seria que impulse este tema. No se requiere una gran modificación institucional y, como te digo, ya funciona bien en otras instancias de representación.
Sin embargo, sabemos que en los últimos congresos hubo personas que no asistían a las sesiones. Simplemente no iban a las reuniones y cobraban su sueldo. ¿Cómo crees que convencerías a los demás parlamentarios para que voten por esta medida?
Primero debemos votar bien todos los ciudadanos y buscar representantes que efectivamente estén dispuestos a tomar este tipo de medidas que lo que buscan es recuperar la confianza de la población y también asegurar que el trabajo se cumpla. Para empezar, entonces, votar bien. Segundo, es la presión ciudadana. La idea no es que sea impulsado solo por una bancada en el Congreso, sino que sea un tema que la opinión pública y los líderes de opinión tomen como suyo y ante esta mayoría a favor, este tema pueda ser aprobado en el Congreso. No hay Congreso que funcione bien si es que no hay una sociedad civil activa que esté interesada en este tipo de temas.
La última pregunta, y tal vez la clave para esta entrevista: ¿por qué deberíamos votar por Alberto de Belaúnde?
Siempre es curioso tener que hablar de uno en estas circunstancias (risas). Creo que tengo experiencia. Creo que mi paso por la municipalidad de Miraflores me ha enseñado cómo muchas instituciones muchas veces se ven limitadas en su trabajo, por legislación que no responde a los problemas que estas tienen que afrontar. Creo también tener una formación académica sólida no solo a nivel de posgrado, sino gracias a la PUCP y la Facultad de Derecho. Y creo, también, tener la vocación para entender que la política es un servicio público. Quien busca llegar al congreso lo que tiene que buscar es justamente llenar de orgullo a sus representados y hacer un trabajo adecuado por el bien del país.
EnfoqueDerecho.com, en su calidad de portal de Actualidad Jurídica, se encuentra dispuesto a entrevistar a cualquier candidato al Congreso, independientemente de su afiliación partidaria, edad, o sexo.