Por: Andrea Pulgar, abogada especializada en Nuevas Tecnologías y Protección de Datos Personales.
En los últimos años, ha surgido el interés de los Estados y Comunidad Científica por conocer el impacto que la inteligencia artificial puede generar en la vida humana y por explorar la necesidad de contar con una regulación que delimite las consecuencias más importantes de este tipo de tecnología.
La inteligencia artificial (IA), es la inteligencia exhibida por máquinas. En el lenguaje común, se puede decir que el término inteligencia artificial alude a programas de computación que permiten a las máquinas realizar actividades u operaciones propias del ser humano, pues permite a la máquina imitar las funciones «cognitivas» del hombre[1].
No cabe duda que la inteligencia artificial y la robótica, como toda tecnología, pueden generar un impacto positivo en la vida del ser humano, pues permiten hacer más eficientes los procesos productivos, mejorar la calidad de los servicios y la calidad de vida de las personas. En efecto, hoy existe tecnología que nos permite tener “ropa inteligente” cuya finalidad es mejorar la calidad de vida de las personas, contar con “drones” que nos permiten suprimir la participación humana en actividades riesgosas, acceder a mundos virtuales que imitan determinados escenarios de la realidad y permiten poner en contacto a personas con intereses en común, o a videojuegos inteligentes en los que la máquina juega contra el ser humano y se retroalimenta de su experiencia para mejorar, etc. La posibilidad de aplicaciones de la inteligencia artificial y la robótica es muy amplia.
Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial no está exento de riesgos y, en particular, dada la trascendencia de los cambios que puede generar en la vida del hombre, es importante estudiar y regular sus consecuencias. Es mas hoy se piensa que es posible que en algún momento no tan lejano la inteligencia artificial pueda superar la capacidad intelectual humana. No se trata de ciencia ficción.
En ese contexto, no solo la comunidad científica (como es el caso de Open AI, entidad sin fines de lucro en la que participan científicos renombrados y empresas como Microsoft y Amazon, cuya finalidad es promover la regulación de la tecnología a fin que esta sea utilizada en beneficio del hombre), sino los Estados, como es el caso de la Unión Europea que ha emitido una recomendación destinada a la Comisión de Normas de Derecho Civil sobre robótica, a fin que se emita una norma que normalice dicha tecnología, regule sus límites y establezca las consecuencias jurídicas en las materias más sensibles para el ser humano.
En efecto, el mes pasado se aprobó por la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, un Informe que contiene recomendaciones destinadas establecer una normativa especial para los robots que regule temas como la responsabilidad civil, la ética propiedad intelectual, normalización, entre otros aspectos[2].
En términos generales, dicha recomendación establece la necesidad de regular los siguientes aspectos de la inteligencia artificial y la robótica:
- La necesidad de establecer un mecanismo de responsabilidad civil que contemple las situaciones en las que no es posible vincular la actividad de una máquina inteligente con una decisión o acto del ser humano; así como la importancia de orientar el desarrollo tecnológico a complementar las capacidades humanas y no a sustituirlas, estableciendo mecanismos de protección para sectores vulnerables como son los niños o adultos mayores.
- La importancia de orientar y fomentar la inclusión en el desarrollo tecnológico, estableciendo mecanismos destinados a fomentar la investigación y su aplicación en beneficio de la sociedad y de la industria en general, a fin de que la misma no beneficie únicamente a un sector privilegiado.
- La necesidad de garantizar el respeto de la dignidad y derechos fundamentales del ser humano, de manera que si bien se fomente el desarrollo tecnológico, este se haga respetando los derechos y libertades del hombre, como son la seguridad y salud humana, la libertad, la intimidad, la integridad y dignidad, la autodeterminación y no discriminación y la protección de los datos personales.
- La necesidad de establecer un ente Europeo que vele por el cumplimiento de regulación que se expida sobre la materia y asegure el desarrollo y aplicación transfronteriza de dicha regulación.
- La importancia del desarrollo de un enfoque horizontal y de neutralidad tecnológica para la propiedad intelectual en los distintos sectores en los que se pueda utilizar la robótica.
- La necesidad impulsar y definir la normalización relativa a la inteligencia artificial y la robótica, a fin de garantizar la interoperabilidad que es fundamental para el desarrollo de esta tecnología.
Como se puede advertir, si bien se podría pensar que la aplicación de este tipo de tecnología está muy lejana de nuestro contexto actual, lo cierto es que en el Perú ya se han empezado a utilizar, sobretodo en el sector industrial y minero, y es probable, quisiera pensar, que en algunos años la tengamos al alcance de todos; por lo que es importante reflexionar sobre la necesidad de contar con una regulación a de la misma que garantice su utilización en beneficio y respeto del ser humano.
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Inteligencia_artificial
[2] http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//NONSGML+REPORT+A8-2017-0005+0+DOC+PDF+V0//ES