Por Giancarlo Palomino Cama y Paula Armas Braithwaite, analistas de PsychoLAWgy.
Son los últimos tres minutos del segundo tiempo, Perú empata uno a uno con Colombia en Lima…en Sao Paulo, Brasil ha goleado tres a cero al bicampeón de América, Chile, quien le dice adiós al Mundial…por ahora Colombia cuarto, Perú quinto…el dominio del balón lo tiene el equipo peruano y Colombia no sale a presionar…quedan cincuenta segundos, Perú va al repechaje, Chile se queda…en Asunción, Venezuela va ganando a Paraguay y quedan dos minutos para que termine el partido… en Lima, el árbitro ha pitado el final del partido. Colombia clasifica de forma directa al Mundial mientras que Perú espera el resultado en Asunción para acceder al repechaje….Paraguay por más que insiste no logra revertir el marcador ante Venezuela y el árbitro da por terminado el partido. Amigos de la televisión peruana, hoy no hicimos un buen partido pero Perú va al repechaje ante Nueva Zelanda.
Antes de este suceso, las cámaras del estadio mostraron a los jugadores colombianos Radamel Falcao y Yimmi Chará comunicar los resultados de los partidos Brasil-Chile (3-0) y Paraguay-Venezuela (0-1) a los jugadores peruanos, resultados que beneficiaban a ambos equipos. Esto fue confirmado en una declaración a la prensa por Renato Tapia, jugador peruano, quien aseguró que Radamel Falcao se le acercó y le dijo que: Chile estaba perdiendo y también Paraguay…además, se veía desde la banca [peruana y colombiana] que nos decían tranquilos. Los colombianos no sabía cómo, pero los colombianos ya sabían que iban a pasar ellos y nosotros también, así que nos avisaron.
Consideramos que el comportamiento del equipo peruano es posible explicar mediante la aplicación del Behavioral Game Theory, para demostrar que la decisión tomada ha sido óptima para el equipo peruano. El Behavioral Game Theory usa los planteamientos de la Teoría de Juegos tradicional y los amplía para buscar detectar regularidades en el comportamiento de las personas (heurísticas) que puedan explicar cómo los jugadores logran encontrar los equilibrios del juego y a entender cómo ocurre el proceso de llegar a un equilibrio.
Para los fines del caso hemos considerado el partido Perú – Colombia como un juego secuencial, debido a que las acciones de los jugadores son conocidas anticipadamente por sus contrincantes. Por lo tanto, al llegar al minuto 89, el equipo peruano tiene dos opciones: quedarse en su campo dando pases (1) o atacar y buscar meter gol (2).
En el caso que el equipo peruano escoja quedarse en el campo y seguir dando pases (1), el equipo colombiano puede decidir: no hacer nada (A) o buscar quitarle el balón a su oposición (B). Si el equipo colombiano se decanta por empezar un enfrentamiento quitándole el balón, esta decisión conlleva a tres posibles escenarios: ninguno de los equipos anota un gol, Perú anota un gol y gana el partido o Colombia anota un gol y gana el partido.
Si el equipo peruano decide busca meter un gol (2), el equipo colombiano puede tener las siguientes opciones: no hacer nada y permitir que Perú anote; o contraatacar, lo que llevaría a un enfrentamiento del cual puede o no resultar más goles. Las estrategias tanto peruanas como colombianas se pueden mostrar gráficamente en un árbol de decisión, donde cada rama representa una combinación de estrategias posibles.
Por lo tanto el equipo peruano sabe que si decide atacar, el equipo colombiano se defenderá y contraatacará pues prefiere un enfrentamiento que perder el partido. Este tipo de conducta se pudo ver en el partido de Brasil vs. Chile donde el equipo chileno decidió atacar agresivamente a medida que aumentaban el número de goles de los brasileños.
Si Perú decide quedarse en su propio campo, el equipo peruano debe evaluar si piensa que Colombia prefiere no hacer nada o atacar. Indiferentemente de anotar otro gol o no hacer nada, el equipo colombiano clasificaría de manera directa dado que conoce los resultados de los otros partidos clasificatorios. Entonces, como la opción de atacar lleva a que posiblemente el equipo peruano le anote un gol y ponga en riesgo su clasificación directa, Colombia decidiría no hacer nada si Perú se queda en su campo.
En consecuencia, Perú deberá escoger en base a si prefiere empatar el partido o enfrentarse al equipo colombiano por la posibilidad de anotar un gol más y clasificar de manera directa; y guiado por la información entregada por el equipo colombiano, su decisión de empatar fue generada por la aversión al riesgo. Era mejor mantener un empate que le daba al Perú un acceso al repechaje que aventurarse a buscar otro gol, y probablemente perder la clasificación.
En la vida real sucede lo mismo, nos gusta ganar y nos disgusta perder, pero es casi seguro que nos disguste perder más que nos guste ganar, y por lo tanto decidimos no arriesgar a menos que nuestras opciones nos coloquen en una situación desfavorable. En el caso de la selección peruana, esta hubiera decidido atacar agresivamente si el empate solo beneficiaba a Colombia y los dejaba fuera del mundial.
Asimismo, la aversión al riesgo pudo haber sido condicionado por la creencia que el equipo adversario en el repechaje (Nueva Zelanda) es un equipo accesible y por lo tanto los partidos a celebrarse son un trámite más para confirmar la participación de la selección peruana en el Mundial.
Esta creencia se volvió el punto de referencia para tomar la decisión de elegir empatar y se vio reforzada por el poco conocimiento que tenemos del acontecer cotidiano del fútbol en Nueva Zelanda como de la diferencia de puestos en el ranking de la FIFA (ver figura 02 y figura 03).
Como vemos, el uso del Behavioral Game Theory enriquece la Teoría de Juegos Tradicional mediante el reconocimiento de patrones de comportamiento que pueden influir en la toma de decisiones. El hecho que dos equipos de fútbol hayan decidido optar por mantener un empate, demuestra nuestra tendencia de ser una especie colaboradora antes que competitiva.
Referencias:
Camerer, C. (2003). Behavioral game theory, experiments in strategic interaction. Princeton, New Jersey: Editorial Rusell Sage Foundation, New York & Princeton University Press
Colman, A. M. (2003). Cooperation, psychological game theory, and limitations of rationality. Behavioural and Brain Sciences 26, 139–198.
Gibbons, R. (1993). Un primer curso de teoría de juegos . Prentice Hall.
Kahneman D. (2013). Pensar rápido, pensar despacio. Barcelona, España: Editorial Debolsillo