Por Javier Tovar Jaeger, psicólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Convergencia, Cooperación, multidisciplinareidad: son términos que uno suele asociar con análisis  políticos y sociales; sin embargo, a través del presente artículo, propongo un viaje hacia territorios diferentes, pero que tienen a estos términos como nucleares.

Para realizar éste viaje juntos, primero me presentaré: mi nombre es Javier Tovar, soy psicólogo de la PUCP y, si bien parte de mi experiencia se centra en el área clínica, mi actividad central desde hace algún tiempo es la investigación, específicamente investigación ligada a las Neurociencias. Así, durante un periodo de un año y medio, he tenido la oportunidad de colaborar con la EMBS PUCP (Engineering in Medicine and Biology Society), Aprendizaje360 y, actualmente, con Psycholawgy. De forma paralela, el año pasado estudié el Diplomado Internacional “Understanding Consumer Behavior” de la Universidad ESAN. Recuerdo que, desde el principio del mismo, se me reconoció como un estudiante diferente debido al área en la que me desempeñaba. Incluso, en algún momento, fui centro de atención en el aula por llegar con electrodos colocados detrás de las orejas los cuales no tuve tiempo de sacarme tras ser víctima del tráfico limeño. En el presente artículo, me propongo a contarles brevemente mi historia, mi perspectiva acerca de la importancia de la convergencia entre disciplinas distintas y el impacto que el Diplomado ha tenido a nivel personal y profesional.  

No puedo comenzar mi relato personal sin nombrar a la primera pasión de mi vida académica: las Neurociencias. Nacida como un campo netamente ligado a la biología y la medicina, la psicología también supo conectarse y aportar en su fundación y desarrollo. Posteriormente, profesionales de ramas variadas como la economía, publicidad, marketing y derecho también han mostrado un profundo interés por la materia. Aunque la relación podría parecer difícil de identificar en primer término, todos tenemos algo en común: un profundo interés por comprender al ser humano, claro está desde distintos puntos de vista y con sus matices particulares. Esta tarea, nada sencilla, nos exige mantener los ojos y el corazón siempre abiertos a diferentes perspectivas y disciplinas que puedan aportar a nuestro entendimiento de nosotros mismos. Pero para entender no basta solo con mirar de reojo, será necesario investigar.

Investigar es más que conocer o comprender, es un ejercicio que permite re-descubrir, todo el tiempo. Lo maravilloso de investigar a los seres humanos es que, en el proceso, permite re-descubrirnos a nosotros mismos. El área de la investigación de mercados, naturalmente, no está exenta de esta regla y contiene una particularidad que encuentro notablemente atractiva: nos permite formularnos preguntas importantes como: ¿quiénes somos?, ¿qué queremos? y ¿qué nos motiva? -preguntas que todos nos hacemos en algún momento de nuestras vidas y que yo, como psicólogo, también he contemplado ya sea en la práctica clínica como en mi vida personal-, pero lo hace centrándose en el ser humano desde una faceta muy particular: como consumidor. Ello es relevante porque estamos inmersos en un mundo en el que nuestra identidad, en cierta medida, responde a lo que tenemos o consumimos. Si somos lo que tenemos, consumiremos lo que queremos ser y eso es lo que nos venden. Por ello, sin dejar de lado el producto concreto que se nos ofrece, lo que realmente se pretende es descubrir y ofrecer al público un ideal, una sensación, un concepto, cuestiones mucho más profundas obtenidas a través de insights. Por ello, la investigación de mercados y psicología del consumidor generan tanta expectativa al tratar de llegar hasta las motivaciones más profundas de cada uno.

En medio de este panorama es que me acerco al Diplomado ”Understanding Consumer Behavior” del cual tengo muy gratos recuerdos. Académicamente, una importante adición a mis conocimientos se centra en la parte metodológica. Si bien las metodologías cuantitativas y cualitativas son las que nutren en mayor medida los estudios de investigación de mercado, en este diplomado se insertó un elemento diferente: los instrumentos y mediciones neurofisiológicas, específicamente la electroencefalogría, el eye tracking y facial coding. ¿Por qué me interesan tanto estos métodos? Como se nos dijo en el diplomado:

Desde mi experiencia, un elemento central para conseguir objetivos grandes es la multidisciplinareidad: nada funciona mejor que tener diferentes perspectivas mirando hacia el mismo fenómeno. Fue un placer compartir aula con publicistas, politólogos, estadistas, comunicadores e incluso una ingeniera química. Cada uno de ellos, desde sus variadas intervenciones y aportes varios fortalecieron el grupo y permitieron que las clases tuvieran mayor consistencia.

 

Fuente de la imagen: Esan

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