Por Piero Vivar Pajuelo, estudiante de la Facultad de Derecho de la PUCP y miembro del consejo editorial de Enfoque Derecho, portal de actualidad jurídica de THEMIS.

“Todo el mundo cree que quiere libertad, pero lo que quieren en realidad es orden. Cuando se dan cuenta de eso, nos reciben con los brazos abiertos”[1]

Star Wars es probablemente una de las sagas más icónicas de la cultura popular y el éxito de sus personajes ha trascendido más allá de una generación. Desde 1977 con el estreno de A New Hope (episodio IV); 1999 con la The Phantom Menace (episodio I); y 2015 con The Force Awakens (episodio VII). Star Wars se constituye como una de las pocas sagas multigeneracionales que ha logrado generar interés en la audiencia con cada nueva película.

Asimismo, cabe resaltar que el universo de Star Wars se ha desarrollado más allá del cine: la saga ha inspirado la producción de videojuegos, cómics, novelas y series de televisión. Así, Star Wars se ha mantenido vigente a lo largo de los años y la reciente serie, The Mandalorian, cuya segunda temporada ha culminado en el 2020[2], es un claro ejemplo del potencial que tiene el universo para explotar nuevas historias y presentar nuevos personajes.

Precisamente, los últimos capítulos de The Mandalorian han servido de motivación para aventurarme a redactar algunas reflexiones con contenido jurídico y filosófico que se presentan en la trama de la serie. Si bien el análisis se concentrará en los diálogos de la serie The Mandalorian, algunos elementos son indisolubles con todo lo ocurrido en el contexto de la galaxia (muy, muy lejana), por lo que será necesario brindar una explicación más amplia de los conflictos políticos que ocurren en el universo de Star Wars.

Star Wars: lección del camino hacia el autoritarismo

Si bien Star Wars tiene como eje central el drama de Anakin Skywalker, su evolución, traición y redención; así como los Jedis y los Siths que interactúan con él, esta historia no puede entenderse sin las relaciones políticas, la decadencia del gobierno y la irrupción de la dictadura como contexto general de la historia. Por ello, considero importante brindar una explicación breve de este contexto.

La República Galáctica funcionaba como una confederación en el que cada planeta tenía autonomía política y estaban representados en el Senado. El Senado galáctico era la rama legislativa y ejecutiva de la República y estaba compuesto por dos mil senadores. El líder del Senado era el Canciller Supremo, quien era elegido entre las filas del Senado para arbitrar las sesiones del Congreso y representar a la República en su conjunto[3]. Asimismo, por las referencias en el episodio I[4], se sabe que la República contaba con un poder judicial al que se le atribuye las características de ser lento, burocrático e ineficiente.

En esa línea, La República se ordenaba a través de un sistema jerárquico-normativo regido por la Constitución Galáctica. Las competencias de este gobierno federal eran fundamentalmente comerciales y de seguridad, las cuales se cautelaban a través de las fuerzas militares de la República, el ejército de clones y, sobre todo, el Consejo Jedi[5]. Cabe resaltar que el ejército de clones fue una necesidad posterior en La República dada la amenaza del movimiento separatista impulsado por el Conde Dooku (discípulo de Palpatine).

La segunda trilogía – del I episodio al III- relata la perversión de la República Galáctica democrática hacia la dictadura del Imperio. Esto se logra sin necesidad de recurrir a la fuerza, sino que solo basta con que Palpatine cree el contexto idóneo para que los senadores le brinden plenos poderes. El siguiente diálogo es ilustrativo al respecto.

  • Canciller Palpatine: “Cazaremos a los Jedis que quedan y los derrotaremos (…) y para garantizar la seguridad y la continua estabilidad, La República se va a reorganizar en el Imperio galáctico más poderoso. Así tendremos una sociedad más segura”.
  • Padmé Amidala: “Y así muere la libertad, con un fuerte aplauso”.

Es así como, enarbolando la bandera del orden y la paz, se llega a una concentración extrema del poder en manos del Canciller Palpatine, quien promete, a través del miedo y las armas, establecer un sistema de gobierno que brinde orden y seguridad a la galaxia. El Canciller utiliza el miedo y la manipulación para presentar la dictadura del nuevo imperio como la solución ante la inestabilidad e ineficiencia de la democracia parlamentaria cautelada por la orden Jedi[6].

Esta idea central se presenta de manera más explicita en lo siguiente diálogos de Van Hells y Mayfeld en la serie The Mandalorian[7]:

  • Mayfeld: “Arrasaron con la ciudad y sus habitantes, perdimos toda la división. Había entre 5.000 a 10.000 personas”.
  • Van Hells: “Sí, todos ellos ahora son héroes del imperio”.
  • Mayfeld: “Sí, todos muertos”.
  • Van Hells: “Un pequeño sacrificio por un bien común (…) Todo el mundo cree que quiere libertad, pero lo que quieren en realidad es orden. Cuando se dan cuenta de eso, nos reciben con los brazos abiertos”.

Entendido el contexto, resulta interesante evaluar esta última idea presentada en el episodio 2 de la segunda trilogía y que también se hace presente en los diálogos entre Valin Hess y Mayfeld. Esta idea nos dirige a la siguiente reflexión: ¿De qué manera el miedo causa que una democracia se transforme en una tiranía?

Resulta curioso que el razonamiento que legitima la posición del imperio galáctico es un discurso que se encuentra muy presente en nuestra realidad nacional. De acuerdo con una encuesta de GFK realizada el año 2017: el 61% de los peruanos requiere un gobierno de “mano dura” que haga frente a la corrupción[8]. En el mismo sentido, conforme a una encuesta del IEP realizada en febrero de 2020[9], casi el 50% de los encuestados declaró que prefiere un gobierno de “mano dura” antes que un gobierno de “estilo más democrático”.

Si bien los datos presentados deben matizarse con las distintas concepciones que la población atribuye a los conceptos de “mano dura” y “democracia”, lo cierto es que esos resultados no pueden dejarse de lado, sobre todo, tomando en consideración la experiencia del siglo pasado y el reciente apoyo a propuestas electorales extremistas (UPP, Gregorio Santos, entre otros).

El relato de cómo se desvanece la libertad y la democracia por algún caudillo o partido político que enarbola una posición populista, apelando a la ineficiencia e inestabilidad del gobierno ha sido y sigue siendo un escenario recurrente en la realidad política internacional. Por ejemplo, en nuestro país, Alberto Fujimori concentró el poder, destruyo las instituciones democráticas y cometió innumerables crímenes, justificando su accionar en la lucha por el orden, la paz y la guerra contra el terrorismo. Al igual que en el imperio galáctico, el miedo, la inestabilidad y el orden fueron utilizados para reprimir la libertad e imponer un gobierno dictatorial[10].

Estos discursos se desarrollan polarizando y construyendo una visión maniquea de la realidad; esto es, construir a “los otros”, los enemigos de las necesidades de la población. En el caso de Star Wars, se presentó como enemigos a los Jedis, pero el mismo razonamiento puede aplicarse en nuestra realidad cuándo se deslegitiman las demandas sociales y se reprime con violencia a los “protestantes revoltosos”, los “venezolanos delincuentes”, los “terrucos”, entre otros.

Star Wars nos brinda una valiosa lección de cómo lo que sucedió en una galaxia muy, muy lejana, no está desconectado de lo que ocurre en nuestra realidad política y que puede volverse a replicar si no prestamos atención a los discursos y posiciones extremistas que pueden calar en nuestra sociedad. Es nuestro deber estar atentos y rechazar cualquier represión injustificada de nuestras libertades básicas.

The Mandalorian: dogmas y principios

Otra vez, bajo la simpleza del argumento en que se desarrolla The Mandalorian, el penúltimo capítulo de la 2 temporada nos introduce a un análisis filosófico más profundo. Nos referimos a la escena en la que Mayfeld y Din Djarin se infiltran como Stormtroopers en un Juggernaut que cargaba Rhydonio hacia una refinería imperial en el planeta Morak. En el transcurso del viaje se produce la siguiente conversación:

  • Mayfeld: “Si naciste en Mandalore crees una cosa. Si naciste en Alderaan, crees otra. Pero, ¿sabes qué? Ninguno de los dos existe ya. Solo soy un superviviente, al igual que tú”.
  • Din Djarin: “Que te quede claro. Tú y yo no nos parecemos en nada”.
  • Mayfeld: “No lo sé. Decías que no puedes quitarte el casco y ahora llevas el de un Stormtrooper ¿No puedes quitarte el caso de mandaloriano o no puedes mostrar tu cara? Porque no es lo mismo. Todos somos iguales: tenemos límites que solo traspasamos cuando estamos en apuros”.

Inmediatamente después, son asediados por una tribu de piratas nativos que buscan impedir que se lleven el Rhydonio de Morak. Din Djarin sale en su traje de soldado imperial a repeler el ataque. Intuitivamente, como espectadores, nos alineamos en la posición del protagonista de la serie, aunque porte una vestimenta del malvado imperio galáctico (posición antagónica central de la saga).

Toda esta secuencia puede generar estas y otras preguntas: ¿Son los Stormtroopers realmente malos?, ¿Lo son los piratas nativos? ¿La diferencia entre el bien y el mal es solo una diferencia de puntos de vista?[11] ¿Cuánto influye la sociedad de la que partimos? ¿Por qué se siguen las tradiciones o dogmas? ¿Tiene sentido seguirlos?

La influencia de nuestro lugar de origen es crucial para determinar nuestras relaciones sociales, espacios de libertad, oportunidades, así como los relatos que se construyen; es decir, los arquetipos que se construyen de “nosotros” y la construcción de los “otros”.

En este espacio, nos limitaremos a evaluar los dogmas que sigue Din Djarin, el protagonista de la serie. En el capítulo 3 de la segunda temporada, Bo- Katan Kryze menciona que Din Djarin pertenece a Los Hijos de la Guardia: una secta fanática que se escindió de la sociedad mandaloriana y cuya meta era restaurar el antiguo camino.

De acuerdo a la información oficial[12], El Camino del Mandalore (The Way) era una religión seguida por miembros de la cultura mandaloriana que implicaba proteger a los compañeros mandalorianos y usar un casco en todo momento. Se conoce que Din Djarin fue rescatado por un miembro de esta facción (Los Hijos de la Guardia), cuyos miembros seguían esta visión ortodoxa. Él creía que todos los mandalorianos seguían esas reglas estrictas, pero, al encontrarse con los otros pocos mandalorianos que quedan en la galaxia, descubre que no es así.

De las relaciones sociales al interior de este grupo social se puede observar que uno de los principios de la religión que sigue la secta se basa en el altruismo recíproco[13],esto es, proteger a los compañeros mandalorianos que también te protegerán a ti. El altruismo recíproco es una estrategia de evolución que consiste en que algún miembro de un grupo sacrifica temporalmente su energía y sus recursos con la esperanza de que algún otro miembro le devolverá el favor cuando lo necesite. Los individuos que cooperan tienen mejores oportunidades de subsistir que los individuos que no lo hacen (Buskes: 345 y 346)[14].

Seguir los principios que se imponen en determinados grupos sociales puede tener sentido. Por ejemplo, la confianza y protección recíproca de los miembros de tu religión es un principio funcional y que tiene una manifestación clara en la serie. Din Djarin recibe ayuda de los otros mandalorianos -miembros de la secta- cuando escapaba de Nevarro con Grogru[15], pese a haber tenido una discusión previa con otro miembro.

Sin embargo, no siempre va a ser lógico seguir los dogmas o principios establecidos, ya que pueden presentarse situaciones que te obliguen a cuestionar y enfrentar el dogma. Es esta lucha la que afronta Din Djarin cuando el principio de no mostrar su rostro ante otro ser vivo se contrapone a su misión de salvar a Grogu, el niño huérfano bajo su cuidado.

Finalmente, en una muestra de la evolución del personaje, Din Djarin decide romper el dogma religioso y mostrar el rostro ante el peligro de fallar en su misión al negarse a quitarse el casco frente a un identificador facial imperial. Din Djarin se ve obligado a violar el dogma impuesto por su tribu, pues, de lo contrario, podría haber complicado el rescate de Grogu.

Los dogmas al interior de determinados contextos pueden presentarse como reglas morales, axiomas matemáticos o principios generales del Derecho. Se legitima la lucha y el quebrantamiento de un dogma cuando buscamos preservar un bien superior y, con mayor razón, si percibimos que no tiene mucho sentido seguirlo. En palabras de Popper, es importante vivir en un escepticismo constante, es decir, estar abiertos a la idea de que nuestras creencias puedan ser falsas o irracionales, pues esa es la única manera que mantenerlas pueda significar algo.

Para un abogado o estudiante de la carrera de Derecho, puede parecer inevitable encontrar algo de Derecho en cualquier película, libro o serie de televisión. En estas líneas, he intentado reflexionar sobre algunas ideas que se desprenden de algunos diálogos de The Mandalorian y que se pueden encontrar también en otras películas de la saga.

Evidentemente, este trabajo no pretende ser exhaustivo. En el universo de Star Wars puede encontrarse mucho más contenido jurídico, incluso puede editarse una revista dedicada exclusivamente a artículos que exploren las instituciones jurídicas en Star Wars[16]. En igual sentido, también pueden desprenderse otras lecciones que van más allá del Derecho. Espero que este artículo despierte el interés de quienes son ajenos al universo de Star Wars y que la fuerza este con ustedes.


BIBLIOGRAFÍA:

[1] Frase expresada por el comandante imperial Valin Hess en el 7 episodio de la temporada 2: The Believer.

[2] El último capítulo de la serie fue estrenado el 18 de diciembre de 2020 y la próxima temporada proyecta su estreno para el año 2022.

[3] Información extraída del Databank, base oficial de datos de Star Wars.

[4] Conversación entre Amidala y el senador Palpatine en el episodio I: Phantom Menace.

[5] Martínez Dalmau (2020). Cuando las películas votan: lecciones de ciencias sociales a través del cine. Capítulo 6:  Star Wars. ¿Qué es la democracia?

[6]  Para un análisis del derecho constitucional en Star Wars, puede leerse el siguiente artículo escrito por Gonzalo Monge: https://enfoquederecho.com/2015/12/26/may-the-law-be-with-you-star-wars-y-el-derecho/

[7] El diálogo corresponde al penúltimo episodio de la 2 temporada de The Mandalorian: The believer.

[8] https://gestion.pe/peru/politica/61-peruanos-quiere-gobierno-mano-dura-frente-corrupcion-129503-noticia/

[9] https://iep.org.pe/noticias/columna-que-mano-dura-firme-democratica-por-hernan-chaparro/

[10]  Para un análisis más profundo del uso del miedo en el gobierno de Fujimori, revisar: Burt, J. (2006). «Quien habla es terrorista»: The Political Use of Fear in Fujimori’s Peru. Latin American Research Review, 41(3), 322.

[11] Es esta una reflexión central del episodio III: La venganza de los Sith. Recordemos el clímax de la película con la batalla en Mustafar entre Obi-Wan Kenobi y Anakin Skywalker en la que este último replica que los los malos desde su punto de vista no son los Sith, sino los Jedis.

[12] https://starwars.fandom.com/wiki/Children_of_the_Watch.

[13] Término acuñado por el sociólogo Robert Trivers.

[14] Buskes, C. J. J. (2009). La herencia de Darwin. La evolución en nuestra visión del mundo. Barcelona: Herder Editorial.

[15] Escena final del capítulo 3 de la primera temporada: The sin.

[16] Prueba de ello es la revista publicada por la Asociación Civil Foro Académico el año 2012: El Derecho en una galaxia muy, muy lejana.

Fuente de Imagen: hipertextual.com

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