Como es posible recordar, a inicios del año 2020, a puertas del inicio de un nuevo año académico, el COVID-19 atacó a nuestro país, así como al mundo entero. Como consecuencia de ello, diversos sectores de la sociedad tuvieron que paralizar su funcionamiento para preservar la vida de los ciudadanos. Durante los primeros meses de la pandemia, varias actividades tuvieron que transformarse para garantizar su perduración, tales como el trabajo y la educación, que en su mayoría se ejercieron de forma virtual durante los últimos dos años. Sin embargo, un par años después, la situación sanitaria parece haber cambiado, por lo que muchas personas se muestran a favor de un necesario retorno a la presencialidad universitariaMIN
Si bien el Ministerio de Educación inició el año académico exhortando un progresivo retorno a la presencialidad por parte de las universidades, esto se materializó en un bajo nivel de clases presenciales en la educación superior peruana. Aún abunda el mantenimiento de las clases virtuales eufemizadas con la denominación de “semipresencialidad”. Frente a este escenario y las continuas quejas de los estudiantes, el MINEDU volvió a comunicarse al respecto indicando que el retorno a la presencialidad total en el siguiente semestre es imperativo e inminente.
A causa de la baja tasa de contagios y muertes por COVID-19, el Gobierno ha decidido flexibilizar ciertas actividades. Una manifestación de ello es que, hace unos días, se emitió una resolución ministerial que determinaba la derogación de la normativa que permitió que las universidades puedan brindar un servicio semipresencial en el marco de un contexto de retorno progresivo a la normalidad.
Dicha derogación no se hizo con la finalidad de imponer una nueva dinámica de retorno progresivo, sino que se decidió que tanto las universidades privadas, públicas, como las escuelas de posgrado deberían retornar a la modalidad de funcionamiento autorizada en su licencia institucional. Es decir, si se determinó que una universidad, al momento de obtener la licencia institucional, operaría de forma presencial, esta deberá volver a dicha forma de funcionamiento, pues la pandemia ya no significa un peligro que justifique la perduración de la modalidad virtual que generó una considerable brecha en la educación peruana, pues no todos cuentan con las herramientas o el sustento económico necesario para participar de esta modalidad educativa de forma satisfactoria.
Cabe precisar que, aun cuando esta nueva disposición responda a una significativa disminución de contagios por COVID-19, el MINEDU dispuso que en los centros educativos se deberán mantener las medidas sanitarias actuales, tales como el uso de mascarillas en espacios cerrados.
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