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El racismo en el fútbol es un tema recurrente. Los cánticos, chillidos, insultos y comentarios de índole racista son cosa de todas las fechas. Los comportamientos racistas de la hinchada muchas veces se pierden en el anonimato de la masa y son justificados por la “pasión del fútbol”. Lo que es peor, las organizaciones de fútbol y la justicia suelen ser indolentes con este tipo de agresiones. Hace poco Kevin Constant fue reprendido por el Milán y por la FIFA por abandonar el campo al recibir insultos racistas. Pero, los comportamientos racistas en el fútbol no son una consecuencia de la euforia, sino que reflejan un pensamiento que trasciende en la sociedad. Entonces, ¿cómo reaccionar?
Desde el inicio de nuestra vida republicana los textos constitucionales han señalado que la religión oficial es la católica con exclusión del ejercicio de cualquier otra. Así lo dispuso la primera Constitución peruana de 1823. Esta ausencia de tolerancia religiosa recién cambiaría, a nivel normativo, con la reforma constitucional de 1915. Ello puede explicar su activa presencia en la vida política, social y cultural del país, la cual se vio fortalecida con la celebración del Concordato –un tratado que sigue vigente- con el gobierno militar en julio de 1980. Así como a fines del siglo XIX el pensamiento religioso se opuso al matrimonio civil hoy se opone al Proyecto de Ley del congresista Bruce que regula las uniones civiles. A veces es bueno recordar el pasado.
La Unión Europea (UE), antes conocida como Comunidad Europea, tiene 28 Estados miembros; Alemania ha sido parte de esta desde sus orígenes. Entre los Estados miembros de la Unión, existe una protección de los derechos fundamentales bajo la Constitución Nacional, aunque también los protege el Convenio de los Derechos Humanos Europeo, aplicable a los miembros del Consejo Europeo, conformado por todos los Estados miembro de la UE. Por otro lado, respecto a los actos de la UE que son directamente aplicables en el territorio del Estado o para actos nacionales que ejecuten normas de la UE se aplica un tercer documento: la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE.
En una sociedad como la peruana, en la que todavía las convicciones religiosas ejercen una importante influencia en las políticas públicas, y se encuentran presentes en numerosas manifestaciones de la vida social, muchas veces el debate acerca de la libertad religiosa se concentra solo en resaltar el necesario carácter laico de todo Estado Democrático de Derecho que propugne como valores superiores la libertad y la igualdad, frente a la necesidad de proteger o considerar, de cierta manera y en nombre de la tradición, las creencias religiosas mayoritarias a la hora de adoptar decisiones que influyan en el ejercicio de derechos civiles y políticos. En el mejor de los casos, se llega a debatir acerca de la igualdad entre organizaciones religiosas.
Durante los últimos meses, el proyecto de unión civil no matrimonial entre personas del mismo sexo ha sido uno de los temas más comentados en los diversos medios de comunicación a nivel nacional. En este contexto es que, recientemente, se colocó un panel de la red cristiana de televisión satelital del Movimiento Misionero Mundial “Bethel TV” en frente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Dicho panel señala lo siguiente: “Dios dice: ‘No te echarás con varón como con mujer; es abominación’ (Levítico 18:22)”. Esta frase va acompañada de una imagen de dos hombres, claramente, casándose. Es decir, es una publicidad expresamente en contra del proyecto de unión civil no matrimonial entre personas del mismo sexo.
Las autoridades y nuestra sociedad vienen perdiendo por goleada el partido contra la violencia en el fútbol. Las ofensas racistas, homofóbicas y machistas, como el lanzamiento de objetos, contra aficionadas, árbitros y jugadores son cuestión de todas las fechas. Mientras que las noticias de heridos y muertos con ocasión de un partido reaparecen cada cierto tiempo en las portadas de los diarios. Con ellas llegan medidas coyunturales e improvisadas, buscando atacar el problema.
“M.M.,.PE.” es una mujer transexual a la que se le reconoció su nueva identidad en Italia, donde residía, pero no en el Perú, de donde es originaria. El 3/5/12 se hizo lugar en primera instancia[1] al reconocimiento de la identidad sexual y cambio de los datos relativos al sexo en los documentos registrales que identifican a la actora. El Ministerio Público y el RENIEC apelan y la Sala Mixta Descentralizada de Tarapoto revoca la sentencia, sin entrar al fondo del tema por entender que el proceso de amparo no era la vía idónea para resolver esta controversia por existir vías paralelas satisfactorias (proceso de conocimiento civil). Desde enero del año 2013 el expediente se encuentra pendiente de resolución, siendo el primer caso que llega al Tribunal Constitucional.
Hace algunos días el cardenal Juan Luis Cipriani planteó la realización de un referéndum para la aprobación del Aborto y de la unión civil entre personas del mismo sexo. En este artículo nos ocuparemos solo de lo que concierne a la unión civil. Aunque para algunos esto pudo haber significado una muestra de “apertura” por parte del cardenal con respecto a su tradicional postura de rechazo incondicional a la propuesta, lo cierto es que esta nueva postura es una verdadera espada de Damocles. En nuestro país, según la última encuesta de Ipsos, el 65% de los encuestados menciona estar en contra de dicha unión. Sin embargo, un dato curioso, es que la aprobación tiene una correlación con el respectivo nivel de conocimiento que se tenga sobre la materia. Así, por ejemplo, con conocimiento de los derechos que otorga la unión civil el rechazo disminuye hasta llegar a 49% de los encuestados. Por tanto, a primera vista podría pensarse que un referéndum sería muy peligroso para las personas que buscan poder hacer realidad la propuesta de unión civil, y en principio se podría tender a creer que la postura en contra tendría un masivo apoyo por parte del electorado. Sin embargo, sí se impulsa una campaña política y de información importante, es muy probable que el resultado se pueda revertir. Eso ya lo hemos visto muchas veces antes en política.
El arzobispo Juan Luis Cipriani ha regresado al ojo público proponiendo realizar un referéndum para decidir sobre la unión civil y el aborto terapéutico (que es legal en nuestro país). Felizmente en los últimos días se han publicado diversos artículos que han ridiculizado esta propuesta; y es que los derechos y libertades no pueden ser decididos por la mayoría. Sin embargo, llama la atención la legitimidad de la iglesia católica para intervenir en políticas públicas del Estado. ¿No se supone que somos un Estado laico?
Se salva por un pelo, y una vez más gracias a un recurso formal. Ya había pasado algo parecido con el uso de la prescripción para evadir ser juzgado en el caso de "El Frontón". Ahora se trata de una decisión judicial que anula el procedimiento investigatorio seguido en su contra por una mala notificación [1]. Curiosamente, esta resolución[1] se dicta en el marco de una campaña de desprestigio[2] emprendida por Alan García contra el trabajo de la megacomisión [2] y en plena huelga del poder judicial.

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